A medida que la proyección de inversiones en la formación Vaca Muerta crece, también lo hacen las ciudades que la rodean, las empresas y los residuos peligrosos. El año pasado, la noticia de un derrame en el Parque Industrial neuquino (PIN) y las imágenes de una mancha negra a pasos de los hogares puso en jaque a las plantas de remediación ambiental. Fue entonces que el gobierno comenzó a trabajar en la creación de una zona específica para reubicar a estas compañías, a la que denominó Ecoparque. Hace algunos días, se estableció que se ubicará a ocho kilómetros de la ciudad de Añelo y se notificó a tres empresas, Comarsa, Indarsa y Treater, que deben iniciar los trámites para el traslado. Después del derrame de Indarsa (octubre del 2014), una lluvia de leyes, decretos y resoluciones fueron las que sembraron las bases de este Parque Industrial.

Los cuerpos legales establecieron que había que sacar a las empresas de los ejidos municipales y luego las reglas para concretarlo. La finalidad que perseguían era "instalar industrias dedicadas al tratamiento, disposición final y almacenamiento de residuos especiales derivados de la actividad hidrocarburífera y toda otra actividad de reuso, remanufactura, recuperación y reciclado en lugares seguros".

A fines de noviembre, se determinó que el parque se emplazará en 1.800 hectáreas ubicadas a más de ocho kilómetros de Añelo, con una zona de exclusión de cinco kilómetros que se preservan para estar libres de cualquier tipo de desarrollo. También se limitó la existencia de acuíferos, que deben encontrarse a una profundidad superior a 30 metros de nivel del suelo.

Tierras para todos

A las empresas se les da un año, extensible a dos para que se trasladen. Para las tres primeras firmas que se mudarán al Ecoparque, el gobierno provincial reservó tres predios de 50 hectáreas cada uno. A su vez, incluyó otro de 18 hectáreas para la instalación de las oficinas administrativas.

En la resolución, firmada a principios de este mes, también se les da a cada una 90 días para presentar la documentación del proyecto e ingresar a los beneficios de la ley 378 de Promoción Industrial. De este modo, a cambio de las inversiones, las empresas encontrarán ventajas en varios aspectos.

En primer lugar, si se les otorgan los beneficios del artículo 13 tendrán exenciones de impuestos y podrán obtener los terrenos "por donación o con acuerdo de la Honorable Legislatura, o venta a precio fiscal, de la tierra pública".

El punto del acceso a los terrenos aún no fue resuelto porque cayó en el medio del cambio de gobierno y pasó de las manos del exministro Leandro Bertoya a las de José Brillo, que encabeza la cartera de Producción.

Por otra parte, llevar su actividad a la zona candente del mundo shale los acercará a menos de 20 kilómetros de la generación del residuo por lo que algunos procesos se simplificarán. El flete para transportar los residuos, por ejemplo, condiciona la actividad, ya que puede representar entre 30 y 40% del costo de un tratamiento y se reducirá notablemente.

Las empresas que están en el PIN hoy se encuentran a casi 100 kilómetros de los yacimientos, lo que provoca un traslado diario de residuos y eso "implica más riesgo ambiental, porque el de transporte es uno de los temas más riesgosos", comentaron algunos empresarios.

Otras empresas que se dedican a este tipo de actividad, además de las mencionadas, son la planta de Trans Ecológica de Senillosa, la firma EET Servicios Ambientales radicada en Plaza Huincul y en Centenario se encuentra la base de Serma, Servicios Medioambientales.

"En primera instancia se trasladarán Comarsa, Indarsa y Treater, pero todas, en tanto estén cerca de un conglomerado urbano que las circundan, deberán hacerlo por razones ambientales. La predisposición de ellas es muy favorable", aseguró el subsecretario de Ambiente, Ricardo Esquivel. Además sostuvo que para establecer la zona del Ecoparque trabajó en conjunto con otras áreas del gobierno.

Inversiones y logística

Para lograr el traslado la logística interna de cada empresa será grande. La Compañía de Saneamiento y Recuperación de Materiales SA (Comarsa) abarca todos los residuos generados por la industria. Desde la firma comentaron a "Río Negro" que desde junio hacen inversiones importantes.

Se importó tecnología de punta en cuanto al tratamiento de asociación térmica que es una de las actividades principales de la empresa. Se trata de un horno, proveniente de Estados Unidos, único en toda Sudamérica. "La inversión fue de alrededor de 40 millones de pesos", dijo Héctor Basilotta, director de la empresa.

Para el ejecutivo, esta zona exclusiva para tratadores generará una condición diferente. "Nos va a permitir hacer la tarea en la que nos especializamos con tranquilidad y normalizado en los parámetros que hay que cumplir con el medioambiente", concluyó el director de Comarsa, una planta que hoy esta a pocos metros de zonas urbanas.

Para Indarsa, el desembarco en Añelo se efectuará con una inversiones en infraestructura y equipamiento para lograr el desarrollo. Estos se repartirán a lo largo de 36 meses por un monto cercano a los 100 millones de pesos.

"El proyecto va a permitir ampliar la capacidad de recepción, acopio y tratamiento, además de dividir y especializar las operaciones entre las distintas bases, incorporando tecnología para el tratamiento de residuos" afirmó hace unos meses Santiago Fernández Madero, director de la empresa. Treater ya tiene sus instalaciones en Añelo, a la vera de la Ruta 17. Ahora deberá relocalizarlas en el nuevo sector reservado por el gobierno para estas empresas.