Con ese argumento la compañía petrolera que pertenece al Grupo Techint pretende desvincular a gran parte de los trabajadores que se desempeñan en sus concesiones en Chubut. “En los próximos meses tenemos que lograr acuerdos entre todos, los proveedores, los gremios, la mano de obra, para que las empresas vuelvan a visualizar un retorno económico a través de estas mejoras en el costo de la producción”, sostuvo el empresario durante un evento celebrado en La Rural. La compañía no llevará adelante el recorte pretendido pero, según trascendió ayer, acordó con los sindicatos 40 retiros y 60 despidos. 

Los conflictos en la zona petrolera patagónica comenzaron a comienzos de 2016 cuando el Ministerio de Energía decidió abandonar el objetivo del autoabastecimiento petrolero. La liberalización anticipada del precio de los combustibles profundiza las tensiones regionales ya que elimina el precio sostén para la producción local. Desde que comenzó el proceso de desregulación, en Chubut hubo empresas que intentaron mantener la actividad, aunque con recortes, mientras otras, como Sinopec o Sipetrol, abandonaron la operación de yacimientos, que en algún caso fue retomada por otras empresas. Tecpetrol redujo notablemente su actividad y tres meses atrás anunció que despediría a casi un tercio de los trabajadores que se desempeñaban en el yacimiento El Tordillo. Desde entonces la empresa argumenta que, si no se desprende de trabajadores, la operación es económicamente inviable. En línea con la pretendida reducción de los costos laborales, Carlos Ormaechea, presidente y CEO de la petrolera reclamó el mes pasado “bajar 50 por ciento” los costos de explotación en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta “para tener mayor competitividad”.