La explotación se realizará sobre 70 de los 2000 kilómetros cuadrados (Km2) que tiene el área y el compromiso empresarial para su desarrollo es destinar US$ 244 millones en 123 pozos, de los cuales 21 ya fueron perforados. El consorcio que recibió la autorización para desarrollar el campo en la cuenca Neuquina está integrado por YPF, con un 70% del paquete accionario; Andes Energía, el holding de José Luis Manzano, ex ministro menemista, y Daniel Vila, empresario de medios, que controla el 20%; y Energía Mendocina, del empresario de la construcción Omar Álvarez, con el 10% restante. Si se parte de la base de que cada pozo cuesta, en promedio, US$ 2 millones, y que YPF ya desembolsó alrededor de US$ 45 millones, surgen incógnitas acerca de cómo se va a completar el desarrollo del área.

En total, restan invertir otros US$ 200 millones hasta el 31 de diciembre de 2016, según lo anunciado por la provincia. En ese sentido, Andes aparece como la más comprometida para conseguir financiamiento competitivo para integrar su inversión correspondiente, cercana a los US$ 40 millones.

El escenario argentino no es el mejor: la macroeconomía está signada por la falta de crédito en dólares para las empresas nacionales debido al complejo frente externo y al conflicto con los holdouts. Como reflejo de esas complicaciones, en su última emisión la propia YPF pagó un interés del 8,75%.

En el próximo año y medio, la firma que conduce Miguel Galuccio deberá desembolsar US$ 140 millones, y Energía Mendocina, otros US$ 20 millones. La inversión en Chachahuen generará un aumento en la producción de petróleo en un 68% con vistas a los próximos 10 años.

En ese período, se estima que el crecimiento en los ingresos tributarios provinciales pasará de US$ 90 millones a US$ 153 millones. Como plus, considerando que habitualmente en Mendoza las regalías por este tipo de inversiones oscilan entre el 12% y el 17%, en este caso se pagará el 18 por ciento.