Finalmente y tras meses de evaluación, la empresa minera Barrick dio a conocer ayer que iniciará este año el proceso de prefactibilidad de la mina subterránea en Lama, con perspectivas de desarrollar el proyecto en 2018 y, de tener todos los resultados favorables, comenzar con la construcción en 2019.

La noticia llega luego de que surgieran dudas por parte del sector empresario por nuevas inversiones, situación que se produjo a finales de 2016 con la posibilidad del regreso de las retenciones mineras.

La empresa realizó el anuncio al emitir el reporte financiero de la firma para el año que pasó y donde incluyó al proyecto Pascua-Lama en un apartado especial, donde detalla el desarrollo potencial de minas de la firma en distintas partes del mundo. En ese apartado la compañía no descarta incluso, empezar a trabajar en Pascua, del lado chileno del gigante binacional en 2018 (ver aparte).

Según Barrick, este año se iniciará “un estudio de prefactibilidad para evaluar si es posible desarrollar Lama como una mina subterránea”, lo que implica que se analizarán distintos métodos de explotación que puede tener el proyecto, destacando cuáles pueden ser sus ventajas y desventajas.

Pero el comunicado va más allá porque explica que “el estudio evaluará la utilización de diversos métodos de minería tales como hundimiento de subniveles y de bloques, diseñados para alcanzar mineral de mayor valor en el lado argentino en las etapas iniciales de operación”.

La empresa minera había nombrado en septiembre al especialista George Bee como vicepresidente de Lama, con el objetivo de que evaluara las opciones para desarrollar la mina y para que en un lapso de 90 días las alternativas más viables para una posible explotación del yacimiento. Desde la empresa decidieron extender los plazos hasta febrero, periodo que finalizó ayer con la publicación oficial.

El propio George Bee se manifestó en el comunicado explicando que “avanzar con un estudio de prefactibilidad es una gran noticia y representa un hito importante para el nuevo diseño subterráneo que estamos evaluando para el proyecto. De todas formas, debemos ser prudentes. Pondremos todo nuestro esfuerzo y dedicación durante los años 2017 y 2018 en cumplir cada una de las etapas de evaluación”.

Además, desde la empresa explicaron por qué tomaron la decisión de encarar una mina subterránea aclarando que “permitiría una reducción de la huella superficial y estaría menos sujeta a interrupciones de producción por factores climáticos en la temporada invernal”.

Fuentes del sector explicaron que durante este año se hará el estudio de prefactibilidad por lo que, de tener resultar favorable, se continuará con el análisis de factibilidad en 2018 y podrá comenzar la construcción de la mina en 2019. Además, si bien el estudio final determinará el valor que la empresa deberá invertir para iniciar la explotación, las fuentes aseguraron que podría rondar los 1.500 millones de dólares.