Los jóvenes de Kasulu, en la República Democrática del Congo, entran a un túnel oscuro con tan solo una linterna. No llevan casco ni equipo de seguridad. Allà extraen con cinceles las piedras de cobalto, que después transportan en sacos a través de un sistema de cuerdas.
Esta imagen surgió a raÃz de un viaje de investigación de AnmistÃa Internacional a la provincia de Katanga. Los llamados "creuseurs", trabajadores de la mina, extraen cobalto de cavidades inseguras para revenderlo a intermediarios. Más arriba, en el rÃo, mujeres y niños lavan las piedras y separan las que tienen el preciado mineral. "Ni los niños ni los adultos llevaban protección", explica Lauren Armistead, de AmnistÃa Internacional. Ella investigó junto a su colega Mark Dummert, de la ONG Afrewatch, las condiciones en la minerÃa de cobalto a pequeña escala en el Congo para el informe "Por eso morimos". Un trabajo publicado en 2016 que sirvió para llamar la atención sobre la minerÃa "artesanal y el trabajo infantil".
"El niño más pequeño que vimos tenÃa sólo siete u ocho años cuando fue enviado a las minas", explica Armistead en entrevista con DW: "La mayorÃa de los niños eran adolescentes que recogÃan grava de las antiguas minas industriales o desmenuzaban piedras". En este trabajo, la inhalación del polvo tóxico de cobalto que surge de la trituración puede causar enfermedades pulmonares mortales. "Niños y adultos se quejaban de problemas respiratorios, tos e infecciones en las cavidades nasales", continúa. Además, los sacos son demasiado pesados para ellos y trabajan jornadas de 10 ó 12 horas diarias bajo duras condiciones.
Sin el Congo no hay baterÃas
En el llamado Cinturón de Cobre de la República Democrática del Congo están los depósitos de cobalto más grandes del mundo. Se trata de un subproducto de la minerÃa de cobre y estaño, y más de la mitad de la producción mundial viene de esa provincia. Una vez extraÃdo de los oscuros túneles de Kasulu, frecuentemente son intermediarios ilegales o funcionarios corruptos los que lo transportan a la costa. Desde allà va hacia China, donde se purifica para ser suministrado a fabricantes de baterÃas, que actualmente tienen una demanda récord.
Sabe la tierra
"La mayorÃa de las baterÃas de iones de litio tienen cobalto, pero hay alternativas que podrÃan ser desarrollas y se pueden usar en la actualidad" dijo Michael Ritthoff, director de proyecto en el Instituto del Clima, Medio Ambiente y EnergÃa de Wuppertal.
"El precio del cobalto ha aumentado en un 100 por ciento desde el comienzo del año, un aumento que se debe en gran medida a la movilidad eléctrica," aclara Ingo Siyamend Al Barazi, geólogo de la Agencia Alemana de Recursos Minerales (DERA). Dicha agencia se ocupa de cuestiones sobre la oferta y la demanda de productos básicos en los mercados mundiales. Al Barazi cree que la demanda de cobalto continuará en auge, aunque los expertos defienden opiniones diversas sobre cuanto aumentará realmente.
La demanda depende del desarrollo de los nuevos modelos de baterÃas y pilas, explica Michael Ritthoff, director de proyecto en el Instituto del Clima, Medio Ambiente y EnergÃa de Wuppertal: "La mayorÃa de las baterÃas de iones de litio tienen cobalto, pero hay alternativas que podrÃan ser desarrollas y se pueden usar en la actualidad".
Actualmente, el precio de la tonelada de cobalto está cerca de los 60.000 dólares. Los que trabajan en Kasulu reciben entre uno y tres dólares al dÃa. Hay minas industriales que trabajan con alta tecnologÃa, pero el 10% de la producción procede de minas pequeñas. Y allà es precisamente donde las condiciones de trabajo son más duras. "No tienen otra alternativa", aclara la activista Lauren Armistead, a la vez que desaconseja recurrir a un boicot. "Boicotear ese cobalto del Congo tendrÃa graves consecuencias y les hundirÃa aún más en la pobreza". (…)
Fuente: La Nación
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