Esa lÃnea es claramente perjudicial para la petrolera controlada por el gobierno nacional, a partir de la estatización de la mayorÃa accionaria, porque no considera las inversiones y el riesgo asumido por la compañÃa en el desarrollo inicial de las operaciones en la formación no convencional más prometedora fuera de los Estados Unidos. YPF, en alianza con Chevron, inició un proceso de aprendizaje en los pozos de petróleo en Loma Campana cuando ninguna compañÃa con negocios en el paÃs tenÃa idea de cómo hacerlo. Y luego repitió la experiencia en la extracción de gas, en yunta con la petroquÃmica estadounidense Dow Chemical, en el área El Orejano.
Los tremendos costos operativos que asumió YPF en el inicio de las exploraciones en esas dos áreas derramaron beneficios para todas las compañÃas que subieron luego a la ola de Vaca Muerta, porque la acción inicial de la petrolera estatal redituó en una baja de los costos operativos que fue usufructuada por el resto de las compañÃas.
Aranguren no tuvo ninguna contemplación con YPF. Ni se permitió reconocimiento alguno de la avanzada inicial que abrió el camino a las demás compañÃas interesadas en ganar plata en la formación neuquina. Al contrario, el ministro le pisó el pago de subsidios atrasados y le minó el camino para el acceso a nuevos incentivos a la producción que puso a la mano de la petrolera del grupo Techint, del magnate aliado del gobierno Paolo Rocca. Por estos dÃas, YPF espera que Aranguren incluya algo de su producción en el Gas Plus, que garantiza un precio sostén para el fluido en boca de pozo.
Fuente: La Mañana de Neuquén
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