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“Apostamos al gas convencional”

10/04/2017 | ARGENTINA | Notas Destacadas | 1859 lecturas | 159 Votos



El Presidente de CGC, Hugo Eurnekian, se mostró optimista sobre el futuro energético argentino por el regreso a los mercados internacionales. “Esto permitirá financiamientos razonables, y eventualmente podría acelerar la velocidad de la inversión”, enfatizó.




Hace tiempo que aceptó el desafío de estar al frente de la primera empresa del grupo en el sector del upstream, ahora es con CGC, antes lo era con Unitec Energy. ¿Cuáles fueron las dificultades que debió enfrentar, ante dos  modelos de gerenciamiento distintos, cuando fusionó a Unitec Energy y CGC, teniendo en cuenta que los orígenes de cada una de las compañías han sido diversos?

Más que orígenes diversos, fueron etapas distintas: la de Unitec Energy fue de aproximamiento a la industria, allá por 2007 cuando teníamos la  primera idea de invertir en energía. Tomamos algunas pequeñas áreas de exploración de petróleo, armamos un mini equipo de  tres personas para empezar a entender de qué se trataba este mercado, hasta que en 2010 tomamos algunas áreas de producción y contratamos las primeras personas asociadas a esta etapa,  ampliando el mini equipo con  el primer geólogo e ingeniero en reservorios. En paralelo, hicimos otras exploraciones en energía, en Biodiesel, con una planta de 250.000 toneladas, y también con energía eólica. En fin, muy dinámico todo.

¿Todo ello desde CGC o de Unitec Energy?

Armamos empresas para cada uno de los desarrollos. Unitec Energy la reservamos para petróleo, para Biodiesel creamos Unitec Bio, para el agro creamos Unitec Agro en donde evaluamos una unidad de biomasa. Fueron esos primeros cuatro años, cuando nos abocamos a explorar temas energéticos; a partir de 2011 tomamos la decisión de enfocarnos y definirnos hacia dónde íbamos a apuntar; básicamente fue enfocarnos en el upstream, donde el objetivo fue el gas. De allí que en  2013 adquiriéramos CGC y luego, en 2015, compráramos las áreas de Petrobras en Santa Cruz.

Otro segmento fue la energía eólica, con el que hicimos un proyecto de inversión en Uruguay de 95 MegaWatts, que está andando muy bien, pero pensado básicamente para ser replicado en un segundo paso, en la Argentina.

¿Y qué lo motivó?  Porque el panorama, donde estas inversiones energéticas se configuraban, era un contexto de depresión o congelamiento de precios energéticos. Usted ha hecho una apuesta muy fuerte. ¿Qué es lo que veía de posibilidades en Argentina,  cuando se tomó la decisión?

Desde el inicio vimos que el tema energético era un problema importante para la Argentina  y consecuentemente un mercado con  mucho cambio  y movimiento, en el que queríamos ser parte de la solución. Con la experiencia que habíamos recabado nos focalizamos en gas y en energía eólica como las dos grandes fuentes más lógicas, eficientes y de mayor magnitud que puede tener la energía para el futuro en la Argentina. 

Le hago una pregunta que está asociada  a algo que se mencionó antes, sobre la adquisición de las áreas de Petrobrás en Santa Cruz, justo en el momento que se dio,  se daban a conocer algunas de  las primeras informaciones sobre el Petrolao, pero  más allá de eso. ¿Por qué  decidió adquirir esas áreas de Petrobrás en Santa Cruz y no otras? ¿Veía un fuerte potencial en esa provincia?

Vimos un gran potencial en la Cuenca Austral en Santa Cruz. El análisis fue que, por diversas razones, era una zona absolutamente subdesarrollada y comparable en tamaño del recurso a lo que podría ser la cuenca neuquina o la cuenca del golfo San Jorge. Vimos un potencial enorme y una oportunidad para CGC trabajando en esa cuenca, en esa zona. Apostamos a esa oportunidad en 2013, sabiendo de los enormes riesgos. Decidimos la compra de esa empresa, sabiendo que teníamos que lograren primer lugar operar para nuestras propias áreas y desarrollar los planes que  veíamos para la  zona y luego resolver la conflictividad sindical. En ese momento éramos conscientes de que era un enorme desafío, pero decidimos asumir riesgos y embarcarnos  en esa propuesta. Hoy, dos años y medio después, estamos todos muy contentos. No sólo porque logramos cumplir con la expectativa,  sino que con la compra de Petrobras logramos cerrar un círculo virtuoso. Operar nuestras propias áreas, con una productividad razonable y con  la conflictividad sindical reducida notoriamente por un  aproximamiento más cercano con el sector trabajador. Ser una empresa mucho más chica que Petrobras nos permitió tener otra agilidad y flexibilidad. (...)

Fuente: Prensa Energética

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