Tiene tres capítulos innovadores: un sistema de capacitación para reconvertir trabajadores cuyas posiciones serán afectadas por la robótica o desaparecerá; la creación de Delegados Ambientales, que tendrán responsabilidades en la forma en que se desarrolla la actividad de acuerdo con los protocolos internacionales; y por primera vez se encarará abiertamente el tema de las adicciones, básicamente orientado a sistemas de contención frente al avance de las drogas duras. 

El secretario general de Supeh, Antonio Cassia, informó que "los petroleros se involucran en una problemática social de alta intensidad como es el tratamiento de las adiciones, sin eufemismo y abordando la necesidad de tratamientos específicos, preservando aspectos como la confidencialidad que descarta cualquier fin persecutorio sino netamente de protección de la salud".

El eje estratégico del CCT responde al desafío que deberán enfrentar en este siglo tanto la industria, los sindicatos y el Estado sobre la reconversión de los recursos humanos mediante la capacitación, dado que la robotización y el avance tecnológico significarán el desplazamiento de funciones.

Para Cassia que ya ha sorprendido a sus propios pares planteando la limitación de los mandatos de los dirigentes gremiales y la coordinación de las prestaciones de la obras sociales "el CCT debe ser un instrumento que permita dar un salto de calidad al movimiento obrero, adaptándose a los nuevos tiempos y que dé respuestas que beneficien tanto a los trabajadores como a la sociedad en general".

Así se desmarcó del senador y secretario general de los petroleros de la Cuenca Neuquina, Guillermo Pereyra, que volvió a hacer paros en Neuquén, complicando las actividades.