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Pese al boom de Vaca Muerta, la Argentina deberá importar gas hasta 2035

23/12/2015 | ARGENTINA | Noticias Destacadas | 1102 lecturas | 130 Votos



Según la “Plataforma Escenarios Energéticos 2030”.




Para cubrir la demanda energética estimada para los próximos 20 años, el país necesitará inversiones por unos u$s 96.000 millones. En el plano gasífero, el mercado local seguirá dependiendo de las importaciones.

Con la intención de aportar una visión técnica de largo plazo al debate sobre el futuro energético de la Argentina, el Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética (CEARE) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y la Fundación Avina elaboraron la “Plataforma Escenarios Energéticos 2030”.

Según el informe, que contó con la participación de referentes e instituciones de los sectores público y privado, el país requerirá un nivel de inversiones de u$s 96.000 millones para cubrir la demanda de energía proyectada en las próximas dos décadas. Y buena parte de ese presupuesto deberá destinarse a la generación de fuentes alternativas, ya que la producción hidrocarburífera de Vaca Muerta y otras formaciones no convencionales no alcanzará volúmenes significativos hasta el período 2020-2025.

El documento indica que la apuesta del actual Gobierno por el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales “pareciera no responder a las necesidades de generación de corto plazo”. En ese sentido, postula que “será necesario acudir a otras formas de abastecimiento, ya sea reforzando la importación de combustibles o incentivando la incorporación de fuentes renovables de energía”.

Aunque la Secretaría de Energía de la Nación formuló varias fases de un plan energético integral de largo plazo, la “Plataforma Escenarios Energéticos 2030” advierte que ese programa nunca fue presentado como un instrumento para la definición de una política sectorial. Por si fuera poco, la necesidad de una estrategia energética tampoco formó parte del debate electoral por la Presidencia de la Nación.

El trabajo advierte, adicionalmente, que en el futuro persistirá la dependencia de los combustibles fósiles en la matriz, con una marcada disminución de la oferta de hidrocarburos convencionales y una suba progresiva de los no convencionales. Por otro lado, se mantendrán los altos niveles de importación de combustibles, descenderá la participación de la energía hidroeléctrica en la matriz y –lo más preocupante del cuadro de situación– las energías renovables no dejarán de brindar un aporte marginal.

Declinación limitada

De acuerdo con la “Plataforma Escenarios Energéticos 2030”, la desa-celeración que viene experimentando la caída de la producción convencional de petróleo y gas natural a nivel local (consecuencia directa de la recuperación estatal del control accionario de YPF y de la implementación de cambios en las políticas de precios y subsidios a los productores) se prolongará durante las dos décadas venideras. De hecho, se prevé que la declinación en los yacimientos tradicionales será de apenas un 0,5% para 2035.

Con respecto a la explotación no convencional, y sobre la base de un escenario conservador, el aumento previsto llegará a un 0,9% anual en el negocio petrolero y a un 2,7% por año en el gasífero. Así, hasta 2035 la producción de shale oil trepará a unos 676,9 kilobarriles diarios (kbbl/día), mientras que la de shale gas y tight gas sumará 206,6 millones de metros cúbicos por día (MMm³).

Consultado sobre la magnitud de las inversiones necesarias para tornar viable un desarrollo a gran escala de los hidrocarburos no convencionales que posee el país, Ernesto López Anadón, presidente del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), puntualizó que la exploración, la puesta en valor y el mejoramiento de la infraestructura de transporte y distribución de esos recursos ameritará un desembolso cercano a los u$s 6.000 millones por año durante las próximas dos décadas.

“Esto representará un enorme desafío que involucrará a productores, transportistas, distribuidores e incluso consumidores. Sortear dicho reto debe ser el gran objetivo estratégico para la Argentina, considerando la enorme participación del gas natural en la matriz energética nacional”, aseguró.

Sin autoabastecimiento

La “Plataforma Escenarios Energéticos 2030” plantea que Vaca Muerta ayudará a sostener e incluso incrementar la producción gasífera local, pero no permitirá recobrar el autoabastecimiento en el corto y mediano plazo. De hecho, en 2035 el país precisará importar 82,8 MMm³ diarios, volumen que provendrá en un 54,3% de barcos regasificadores, en un 33,4% de Bolivia y en un 12,3% de Chile y Uruguay.

En el ámbito de la refinación, a fin de cubrir una demanda de 29,4 MMm³ de gasoil en 20 años será necesario comprar en el exterior unos 15,1 MMm³. Y para inyectar unos 14,3 MMm³ de naftas en el mercado doméstico habrá que importar alrededor de 5,1 MMm³.

En cuanto al comportamiento de la demanda eléctrica, el informe vislumbra que para 2035 se situará en 251.040 gigawatts por hora (Gwh), por lo que la tasa de crecimiento anual será de un 3,9%. Abastecer dicho consumo implicará alcanzar una potencia instalada de 73,1 Gw, lo que representará un alza de un 130% con respecto a la actualidad.

La generación térmica –que ganará terreno frente a la hidroelectricidad– será hegemonizada por el gasoil, gracias a la instalación de una gran cantidad de ciclos combinados, mientras que el fuel oil será cada vez menos usado. Por último, si bien las vías eólica y solar registrarán una participación ascendente, su rol dentro de la matriz energética seguirá siendo minoritario.

Fuente: Revista Petroquímica

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