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La hora de la competencia en el sector de los combustibles líquidos

09/04/2018 | ARGENTINA | Actualidad | 473 lecturas | 88 Votos



“El grado de proteccionismo que tuvo la industria de Refinación ha sido mayor al que existe en otras latitudes” En los últimos días ha surgido una polémica que llevó a algunos funcionarios del gobierno a enfrentarse retóricamente con algunos empresarios.




La polémica tiene como eje la expectativa incumplida de inversión que mantenía la autoridad política, respecto al compromiso que debería haber asumido el sector industrial bajo un nuevo modelo económico, supuestamente más pro competitivo.

Esta polémica tiene que ver con la interpretación que hace el gobierno del tipo de modelo que prefieren las empresas nacionales, pero no libra de culpa y cargo a la autoridad regulatoria que con sus señales también condiciona la actitud conservadora del empresariado local, más a fín al lobby que a la “destrucción creadora” schumpeteriana.

El sector de los hidrocarburos, pero más acotadamente el de los combustibles líquidos, no es una excepción a esa regla. Sin caer en un largo revisionismo histórico, tenemos que tras la sanción del Decreto 962/2017, este mercado procura volver a ser competitivo y abierto tras 15 años de intervención de facto. En ese período alternaron los ciclos a favor y en contra de las empresas.

En un Estudio de Condiciones de Competencia en el Mercado de Combustibles que me fuera solicitado por la Comisión de Defensa de la Competencia (CNDC) he planteado que a lo largo de esos 15 años ha predominado el ciclo en que se subvencionó a los consumidores, pero no obstante ello el segmento de Refinación ha sido capaz de apropiarse de una buena parte de las transferencias que recayeron sobre el Upstream, y de los 15 años de intervención, ha podido tener notables beneficios en los 10 años que se inician a partir del año 2008, como se desprende del par de gráficos que reflejan: del lado izquierdo, la evolución de los subsidios (o sobreprecios) pagados por los consumidores, dado por el diferencial de precios locales de los combustibles respecto a los internacionales; y del lado derecho, el diferencial de precios del petróleo local vs el internacional.

En el caso del gráfico (a) los productos utilizados para elaborar el índice comparativo son: nafta normal, súper, ultra, gasoil (ponderando grado 2 y grado 3), fueloil y GLP. En el caso del gráfico (b) se ha tomado la diferencia entre el precio del WTI o el Brent (desde 2012) con los crudos nacionales Escalante y Medanito

De cotejar los dos cómputos precedentes surge con evidencia el hecho que el sector de Refinación pudo amortiguar los ciclos más expropiatorios sobre el sector en su conjunto, generando incluso resultados netos muy positivos. Esto se desprende también del gráfico que sigue.

Resultados estimados del sector de Refinación

Los resultados señalados han sido estimados a partir de ciertos supuestos sobre rendimientos del crudo y costos de procesamiento obtenidos del mercado. La conclusión acerca de la evolución de los márgenes del sector de Refinación no difiere sustancialmente de los resultados que surgen del análisis del Crack Spread que normalmente se presenta en la estadística elaborada por Montamat y Asociados, y que no hace más que confirmar que el grado de proteccionismo que tuvo la industria de Refinación ha sido mayor al que existe en otras latitudes.

Es justamente por esta razón que la decisión de apertura del mercado, que nos retrotrae a la experiencia de la década del 90’ es bienvenida a los efectos de lograr un mercado competitivo que a su vez redunde en una reducción de precios finales y por tanto en una mejora en el bienestar general. Y en esta nota nos queremos focalizar más que en el análisis histórico en la oportunidad de la decisión política que se ha tomado, que puede ser muy importante en tanto y en cuanto el Estudio de Mercado mencionado no se convierta en un instrumento político, sino que permita enmarcar el debate dentro de un terreno de análisis técnico-metodológico.

Por otra parte, la apertura al comercio internacional no sólo es oportuna en términos de la voluntad de generar competencia sino por la necesidad de asegurar el suministro doméstico, en un contexto de escases de petróleo y de combustibles líquidos. En tal sentido, la construcción de un estimador que de alguna manera procure simular una operación de importación por parte de un importador independiente permitirá analizar cuan cerca o lejos están determinados los precios locales, de parte de las empresas establecidas en el mercado, respecto al ejercicio teórico de internar un producto de características homogéneas en el mercado local de combustible.

El ejercicio de simular la adquisición de producto importado y comercializarlo en el mercado a nivel minorista tiene la particularidad de asimilar el costo de dicho producto importado, desde el punto de vista de una agencia de Defensa de la Competencia, a lo que podría ser un costo marginal de elaboración, pues en definitiva si la producción local es escasa, el comercializador establecido, por más que tenga capacidad de elaboración interna, completa sus ventas con el producto que termina importando.

El ejercicio de cálculo de Paridad de Importación, que refleja el costo de oportunidad (o costo marginal) para el mercado corto, es un ejercicio que es de práctica generalizada, tanto en países que tienen precios regulados de sus combustibles, como en mercados competitivos con actores dominantes. La misma fórmula, pero en lugar de sumarle el flete (y otros componentes), restárselo, es la que se calcula como el costo marginal en mercados excedentarios. Se la conoce como Paridad de Exportación. Hasta no hace mucho tiempo, en Argentina el costo de oportunidad del petróleo crudo era, justamente, la Paridad de Exportación. Con el cambio de coyuntura dicho costo económico pasó, al igual que en el caso de los combustibles, a ser la Paridad de Importación.

Pero ciertamente, la comparación que se realiza entre el producto local y el del mercado de referencia debe hacerse entre productos iguales (comparar “peras con peras”). Tan pronto como el producto comercializado localmente se diferencia, por calidad, percepción, servicio, etc., de un producto importado, entonces va perdiendo sentido la referenciación del producto respecto a un valor internacional. Concretamente lo que se plantea, fundamentalmente desde el lado de las empresas que intentan desmarcarse del control de un organismo regulatorio, es que los productos indiferenciables o commodities encuentran mayor grado de comparabilidad a nivel del mercado mayorista. En el segmento minorista, en cambio, las firmas construyen su clientela a partir de generar una percepción de un producto completamente diferencial; no solo por el producto en sí, sino porque el mismo se brinda con una serie de servicios complementarios que puede ofrecer la Estación de Servicio de una marca reconocida.

Hecha esta salvedad, la Paridad de Importación constituye, más que un precio competitivo teórico o costo marginal (recordemos que en un mercado en competencia el precio es igual al costo marginal), un estadístico con información imperfecta de una operación comercial teórica. Y en la medida que se reduzca la asimetría de información mayor será la proximidad de ese ejercicio teórico a una transacción del mundo real. La sutileza con la que hemos hecho este abordaje también nos va a conducir a elaborar propuestas que tiendan a hacer más competitivo el mercado bajo el subtítulo: Recomendaciones para promover la Competencia.

Pero antes de pasar a las recomendaciones y como un subproducto del Estudio realizado para la CNDC presentamos los parámetros relevantes en la elaboración de la Paridad de Importación que se ha propuesto como un “estadístico” de seguimiento periódico. Asimismo, dado que el estadístico está sujeto a una volatilidad compuesta: por la del precio internacional del producto y por la del tipo de cambio, hemos sugerido que el seguimiento de los precios locales debe hacerse en comparación a un promedio móvil de entre 15 días y un mes en el cómputo de la Paridad de Importación, que detallamos a continuación, y como instrumento de análisis de mercado para la CNDC. (...)

Fuente: Energía & Negocios

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