Alrededor de Añelo hay varios emprendimientos que producen carne en pie y la venden a Chubut y Santa Cruz.

Para la vaca viva convivir con la Vaca Muerta es inevitable y también engorroso. A un par de kilómetros de Añelo, las vacas pastan y parecen congeladas en una postal. Las Aberdeen Angus, Hereford y sus cruzas nada tienen que ver con los hidrocarburos. El negocio ganadero, con estancias como la de Don Serafín, toma fuerza en la provincia y le pide a las petroleras que no se les metan en el corral.

El Establecimiento Don Serafín pertenece a la familia Cervi. El logo con la hoja verde sobre el apellido se relaciona con frutas, pero desde el 2012, decidieron cambiar. Pablo Cervi, uno de sus dueños, contó que la crisis de la pera y la manzana y el advenimiento de la actividad petrolera que arrasó con la mano de obra, los llevó a buscar otro camino.

Hoy, al pie de la barda la cría intensiva se trabaja con pasturas y rastrojos de maíz. Tienen algunos toros puro pedigree con los que hacen genética y el 35% de los terneros son producción propia. El resto se compra normalmente en la cordillera en la invernada y se le hace un periodo de recría.

“Ingresan con 150 kilos y con alfalfa, maíz y un 5% de concentrado proteico en seis meses, se termina con 350 kilos”, dijo Cervi y agregó que hoy producen 200 mil kilos de carne anuales.

Una vez gordos, van a un establecimiento de faena de Piedra del Águila, a Chubut y en el último tiempo llegaron hasta Río Gallegos. Cervi contó que llegan en pie al lugar de faena. A Santa Cruz tienen día y medio de viaje. Se los baja a mitad de camino para que tomen agua y descansen. En este sentido ven bien la reactivación del matadero de Senillosa.

“La idea de este emprendimiento es generar valor agregado y potenciar una cadena de valor de la carne completa en la provincia. Hoy importamos el 85% de la carne que consumimos y se autoabastece de manzanas, peras y miel”, dijo.

La convivencia con el petróleo no es la mejor. Debieron cerrar las tranqueras porque algunas petroleras se meten en las chacras para hacer exploración de manera intempestiva. “Hablan de licencia social y de generar acuerdos, pero ni te tratan como par para dialogar. YPF sobre todo, es muy diferente a el trato que tiene Total, Shell u otras”, dijo.

Las anécdotas lo llevan a ese día a que una empresa, sin licencia pidió permiso para buscar leña y cuando van a ver, ponían estacas y GPS. “Vienen de Puerto Madero a trazar una cuadrícula sin ver lo que hay, las áreas bajo riego. Parece que un gerente de YPF decide sobre la propiedad privada y tu actividad”, dijo Cervi. (...)