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Experimento innovador y argentino: equipo de energía solar en Base Marambio sentó un gran precedente

27/10/2016 | ARGENTINA | Medio Ambiente | 1253 lecturas | 122 Votos



Con una temperatura promedio anual de -8.8 ºC, el sistema fotovoltaico instalado en la Antártida argentina alcanzó un rendimiento óptimo: apenas un 30% menor de lo que se consigue en Capital Federal. Un caso de éxito que marca el rumbo en tierra firme




Si con nieve, sombra, viento y frío, es posible, no hay dudas que esta fuente de energía que aprovecha la radiación solar tendrá un gran protagonismo en el continente sudamericano.

Allí, en la Base Marambio, donde las temperaturas llegan fácilmente a los treinta grados bajo cero y los vientos soplan a 120 km/h se están haciendo pruebas para la utilización de esta energía renovable.

El gran protagonista es el consorcio IRESUD, creador de una experiencia piloto que comenzó en el frío verano de diciembre de 2014. 

Se trata de un colectivo público/privado, conformado por especialistas de la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Universidad Nacional de San Martín y cinco reconocidas empresas del sector energético.

Con poco tiempo para el trabajo y en vísperas de la navidad, arribaron los ingenieros Hernán Socolovsky y Sebastián Muñoz, junto con los técnicos Daniel Raggio y Oscar Romanelli.

Tenían una misión ardua pero apasionante: generar energía solar en medio de la nieve, en el extremo sur del planeta. 

Luego de un viaje que sólo es posible por aire, instalaron un sistema de 1.92 kWp de potencia, compuesto por 8 módulos fotovoltaicos de silicio de 240 Wp  cada uno  y un inversor de tensión para conexión a red de 1,5 kW.

El lugar seleccionado fueron los techos del edificio de la terminal aérea.

A poco más de un año del seguimiento de la información, los expertos festejan por los resultados.

En contacto con iProfesional, Hernán Socolovsky, una de las cabezas del proyecto, contó la aventura no sin antes expresar su alegría.

"Nos llevamos una grata sorpresa: el equipo generó el 66% de la energía que la misma instalación inyectó en la red en Buenos Aires", sostuvo. 

Es que antes de hacer la apuesta todo era incertidumbre, dado que no se pudieron realizar los estudios de mediciones previas.
Ahora, con mayor conocimiento de causa, Socolovsky valora que "hay mucho interés en realizar una instalación de mayor porte".
A priori, el próximo paso sería ir por un sistema más grande: de 20 kWp de potencia. El problema es el clima, esta vez de negocios.

"Las limitaciones actuales pasan por el financiamiento de los equipos y por la logística para llevar a cabo el trabajo", explicó.
Para transportar los paneles es prácticamente obligatoria la utilización de helicópteros.

Las 150 personas que habitan la isla en verano se movilizan con dos pesados y multipropósito, de fabricación rusa. (...)

Fuente: iProfesional

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