Esta inversión tendrá efectos positivos en la actividad de la construcción y otros sectores económicos, compensando la debilidad que se observa en la inversión no minera. Asimismo, contribuirá a mantener la capacidad de producción de la minerÃa, aunque no se espera que la incremente en forma significativa, debido a la tendencia a la baja en la ley del mineral. El siguiente gráfico describe la evolución reciente de la inversión minera, sus perspectivas y cuantifica su impacto en la economÃa chilena, extendiendo análisis previos.
Desde 2021, la inversión minera —tanto de cobre como del resto minero que incluye litio— ha tenido un favorable desempeño. Medida como porcentaje del PIB real, en 2023 llegó a 6,5%, acercándose a los máximos históricos de 2012-2013. Los microdatos a nivel de empresa indican que este elevado dinamismo se habrÃa mantenido durante el primer semestre de 2024, impulsado por la minerÃa de cobre. Esto contrasta con la evolución de la inversión del resto de los sectores económicos, que se situarÃa en torno a 17% del PIB en lo más reciente, por debajo del promedio de los años previos a la pandemia.
En relación con el destino de esta inversión, de acuerdo con los microdatos, esta se ha concentrado en proyectos de extensión de la vida útil de los yacimientos existentes; en plantas desalinizadoras vinculadas a la escasez hÃdrica que afecta la macrozona norte del paÃs; y en servicios de mantención asociados al funcionamiento de las faenas. AsÃ, se estima que la mayor inversión contribuirá a reducir costos y mantener la capacidad de producción de la minerÃa, aunque esta última no se incrementarÃa en forma significativa. (...)
Fuente: Mining Press
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