
Numerosas empresas e iniciativas cientÃficas están actualmente intentando desarrollar biocombustibles a partir de algas y otros microorganismos marinos fotosintéticos, como las cianobacterias. La idea es prometedora, pero la viabilidad económica es aún incierta. Hay que ser Craig Venter para conseguir la mayor inversión individual realizada hasta ahora en este campo.
El propio Vicepresidente de investigación de la petrolera estadounidense, Emil Jacobs, reconoció la posibilidad de que el proyecto millonario fracase. "Tenemos que ser realistas. No va a ser fácil y no hay garantÃas de éxito".
Sin embargo, el gesto se ha considerado como la forma más visible para Exxon de "meter el pie" en el cada vez más necesario sector de las energÃas renovables. Pese a ello, la petrolera asegura que su actividad continuará centrándose en los combustibles fósiles.
EL MATERIAL DE VENTER
En sus últimas expediciones marinas, el cientÃfico estadounidense recogió un gran número de muestras de microorganismos marinos que fueron secuenciados en serie a una velocidad récord.
Venter, el mago de los genes, creador del primer genoma artificial de la Historia, es también conocido por haber inventado una técnica de secuenciación extraordinariamente rápida - cuya eficacia ha sido puesta en duda por algunos cientÃficos- que le ha permitido "leer" a grandes rasgos los elementos que componen el ADN de sus microorganismos.
Gracias a esta insuperable base de datos de acceso público, Venter cuenta con un ingente material de gran potencial para aplicaciones ambientales, como las capacidades alquÃmicas de algunas bacterias para convertir el CO2 en metano o transformar el carbón en gas natural.
Al margen de la producción de biocombustible a partir de algas, el cientÃfico ha anunciado en anteriores ocasiones su intención de explotar, a través de su empresa Synthetic Genomics Inc, el potencial de estos microorganismos en beneficio del medio ambiente.
El creciente sector de los biocombustibles se ha encontrado hasta ahora con dos principales obstáculos: requieren un suelo agrÃcola que podrÃa valer para alimentación y no son tan limpios en su proceso de producción, en términos de consumo de agua y de combustible, para los trabajos del campo y el transporte. La primera desventaja motivó, además, una escalada en los precios del cereal que desencadenó un movimiento de rechazo hacia los llamados biocombustibles de primera generación.
Estas desventajas ambientales y sociales han llevado a algunos expertos y ecologistas a pedir que los biocombustibles pasen a ser denominados agrocombustibles, debido a que el prefijo "bio" se refiere a lo que es ambientalmente beneficioso. De hecho, es un término protegido por la ley para los productos alimentarios ecológicos.
Los biocombustibles de segunda generación, sin embargo, han superado algunos de estos inconvenientes y se basan, por ejemplo, en residuos agrÃcolas que no tienen fines alimentarios.
VENTAJAS AMBIENTALES
En contraste, las algas presentan numerosas ventajas: se reproducen solas, no "invaden" suelo agrÃcola y ni siquiera necesitan agua limpia o dulce para crecer. Pero lo más importante, a nivel de viabilidad, es que "producen un aceite cuya estructura molecular es muy similar a los productos petroleros actuales", como explicó Jacobs. Además, el aceite de las algas puede utilizarse sin necesidad de ser mezclado con otros productos petroleros.
Esto implica que no harÃa falta, en un futuro, adaptar las infraestructuras a este nuevo tipo de combustible (es decir, se ahorrarÃan costes añadidos), sino que "se procesarÃa en las mismas refinerÃas actuales y se suministrarÃa en las mismas gasolineras", añadió el miembro de Exxon. Actualmente, los biocombustibles agrÃcolas ya están presentes en el mercado como un producto mezclado con los combustibles tradicionales. España cuenta con algunas biogasolineras que los suministran.
En cuanto a previsiones de futuro, la compañÃa petrolera estima que las algas podrÃan producir, potencialmente, más de 20.000 litros de combustible por hectárea y año. Los objetivos no son excesivamente ambiciosos, aunque sà realistas, similares al potencial de otras empresas. El problema es lograrlo.
"Los desafÃos no son pequeños para ninguno de nosotros, pero contamos con el talento tanto de los cientÃficos como de los ingenieros para lograr la mejor oportunidad para el éxito", dice Venter en su habitual tono optimista.
"La principal dificultad es lograr una economÃa de escala", explica Miguel Verhein, Director de Algasol Renewables SL, empresa tecnológica que tiene la patente de un biofotorreactor, que es el contenedor que aporta las condiciones óptimas para el crecimiento de las algas, en su caso, microscópicas.
Venter estrenará sus 600 millones de dólares con la construcción de una nueva instalación de producción en San Diego, California, que incluirá tanto los tanques abiertos como los biorreactores, "una inversión muy costosa", según Verhein.
Fuente: El Mundo
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