Los defensores de las fuentes de energÃa tradicionales han argumentado durante mucho tiempo que no se puede confiar en que las de energÃa limpia, como los parques solares y eólicos, que dependen de las variables condiciones meteorológicas, proporcionen un suministro constante de electricidad a unas redes nacionales que fueron diseñadas para funcionar en tándem con el carbón y el gas, generadores más fiables de energÃa.
Sin embargo, los últimos tres meses han demostrado que la energÃa renovable se ha vuelto más fiable, según los expertos del sector, ya que representa más de la mitad de la producción en algunos paÃses europeos, mientras que los operadores de la red han comprobado que pueden gestionar con éxito mayores dosis de flujos de energÃa fluctuantes. "Ha sido una verdadera prueba de la resistencia de las redes, y sabemos que lo han superado porque las luces se mantuvieron encendidas", dijo Rory McCarthy, analista principal de almacenamiento de energÃa de la consultora Wood Mackenzie.
"Tal vez esto dará confianza a los Gobiernos y a las autoridades que se mostraban recelosas, para que sean más ambiciosos en cuanto a la cantidad de renovables en la red". Sin embargo, antes de que los Gobiernos tomen decisiones basadas en experiencias recientes, tendrán que responder a algunos interrogantes, según Michelle Manook, directora ejecutiva de la Asociación Mundial del Carbón, un grupo de presión del sector. Por ejemplo, existe la incertidumbre de cómo se las arreglarÃa el sistema en pleno invierno, con menos sol, o cómo se las apañará cuando la economÃa se recupere y la demanda se acelere. "Lo que parece poco conocido o entendido es que un sistema de generación de electricidad libre de carbono basado totalmente en renovables (...) no es alcanzable en la actualidad", dijo Manook.
El aumento de la cuota de la energÃa eólica y solar se produjo por una serie de grandes contratiempos: la crisis sanitaria ha llevado al mundo a la recesión, reduciendo el uso de la electricidad en más de una quinta parte en algunos paÃses, según la Agencia Internacional de la EnergÃa (AIE), con sede en ParÃs. La mayorÃa de los operadores de la red se dirigieron automáticamente a los suministros de energÃa más baratos para satisfacer una demanda decreciente. Las energÃas eólica y solar cuestan muy poco para su generación una vez construidas las instalaciones y a menudo reciben el respaldo estatal, tanto en subsidios como en pedidos. Como resultado, las fuentes de combustible fósil, más caras, fueron las primeras en salir del sistema. (...)
Fuente: Infobae
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