Cuando al fin, después de siete años de casi parálisis, la energía eólica se vuelve a mover en Catalunya, en el sur, entre las comarcas del Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre –y en menor medida también en las tierras vecinas de Lleida–, miran de nuevo con recelo mapas y proyectos; algunos nuevos y otros viejos, guardados años en un cajón.
Uno de los primeros parques en ponerse a caminar, con la previsión de instalar diez aerogeneradores y una potencia de 25,6 megavatios (MW), es el de Lo Vedat del Pany, entre los términos municipales de Riudecols y Duesaigües, en la comarca del Baix Camp, ya en la frontera con el Priorat.
No se trata de un proyecto nuevo, pero ahora su promotor ha logrado reactivarlo tras el cambio de legislación aprobado por el Govern que desde finales del 2019 acabó con parte de las restricciones a la implantación de las energías renovables en Catalunya. Al entender de las empresas promotoras, antes se hacía inviable el despliegue eólico porque solo se permitían “miniparques eólicos de hasta 10 MW”, sostiene Jaume Morrón, portavoz de Eoliccat, la patronal eólica.
Lo Vedat del Pany ha ido superando trámites administrativos desde hace más de diez años, hasta conseguir la luz verde definitiva. El cambio tecnológico, con torres más potentes –y más altas–, también ha sido clave. El Ayuntamiento de Riudecols, donde se instalarán seis de los diez aerogeneradores, ya ha autorizado las primeras obras de adecuación de los caminos, trabajo previo a la instalación de los diez molinos, como el soterramiento del cableado. “Este parque podría estar en marcha en el 2021”, añade Morrón.
Sobre el territorio, las críticas se centran en el argumento de la masificación eólica en el sur de Catalunya y en la ubicación concreta del parque eólico de Lo Vedat del Pany, por su valor medioambiental y social. “La zona donde se proyecta construir es una de las principales rutas de aves planeadoras y tiene una gran riqueza biofísica
y ecológica”, alerta Oriol Ponti, miembro de la Plataforma del Priorat. “Es una locura hablar de masificación, en esta zona hay ocho aerogeneradores”, rebate Morrón (Eoliccat). Cerca del nuevo parque, destaca la patronal eólica, están los seis aerogeneradores de un parque histórico, el de Collet dels Feixos (2004), también en Duesaigües, y dos molinos más de la misma empresa.
Otro de los argumentos esgrimidos desde movimientos ecologistas y sociales es la proximidad de los nuevos aerogeneradores con la ermita de Puigcerver (siglo XIII), lugar de peregrinaje y de un alto valor simbólico para la comarca. “El último molino quedaría a unos 770 metros de la ermita y a 550 del mirador, pero este último molino no sabemos si lo harán”, dice Raül Grau, concejal de Medio Ambiente en Riudecols, en declaraciones a la ACN.
Eoliccat niega tajantemente que ningún molino esté tan cerca de la ermita y atribuye este argumento a la confusión con otro parque que finalmente ha sido desestimado, en la misma zona. La patronal recuerda además que Lo Vedat del Pany, que ponen como ejemplo de parque promovido “por una pequeña empresa local, el modelo que defienden los ecologistas”, se proyectó inicialmente con el doble de potencia (50 MW). La mitad de los aerogeneradores fueron retirados por la administración para proteger el águila perdicera ( Aquila fasciata) .
Hay discrepancias incluso al establecer la altura de los nuevos aerogeneradores, de última generación, mucho más potentes que antaño –lo que permite reducir el número de molinos y su impacto paisajístico–, pero también más altos. Los contrarios alertan que serán de 180 metros, pero la patronal asegura que serán seis máquinas de 2,6 y cuatro de 2,5 (MW) de 141 metros de altura cada una. La inversión necesaria asciende a los 25 millones de euros.
Fuente: La Vanguardia
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