
Así lo confirmó en un reportaje el diario local "La Prensa", en su edición dominical, al referirse a un debate que pone sobre la balanza los intereses económicos y las iniciativas ambientales vinculadas a proyectos en tierras con vegetación tropical en Panamá. El campesino Dídimo Vergara, quien habita desde hace más de 20 años en Unión Santeña, en la comunidad de Viento Frío, en el distrito de Santa Isabel, dijo al diario que recibió ofertas por sus terrenos. Vergara confirmó que negocia con personal de Global Min Metal Panamá el precio de 25 de las 53 hectáreas que serían utilizadas para la exploración de manganeso, un metal de transición aprovechado en la metalurgia y que se encuentra en las piedras grises de su finca.
Directivos de Global Min Metal evitaron dar detalles al diario sobre sus planes de extracción, pero reconocieron que analizan lo que implicaría la mina. Giancarlo Benedetti, Jefe de la compañía, adujo que aún no han explorado esa zona en el Caribe. La respuesta empresarial surgió en medio de una ola de rechazo por parte de ambientalistas, quienes se oponen a los planes del presidente Ricardo Martinelli de abrir este país a la explotación internacional de oro, cobre y otros minerales. Además de metales preciosos, Panamá posee vetas de manganeso. Los depósitos minerales en Centroamérica fueron estudiados por geólogos, de 1942 a 1945, en cooperación con el Departamento de Estado de Estados Unidos y técnicos de las multinacionales.
De hecho, en Panamá fueron identificadas cinco áreas con depósitos de manganeso. La más productiva de ellas está el sitio de Nombre de Dios, en Colón, y posee una reserva estimada de 40.000 toneladas largas de mineral con alta ley. Sin embargo, Alida Spadafora, directora ejecutiva de la no gubernamental Asociación para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), manifestó que "los riesgos ambientales de la minería a cielo abierto son muy altos, y nada justifica la destrucción". Reseñó que existen evidencias sobre la deforestación causada, la contaminación de ríos y la pérdida de la biodiversidad en otros países de Latinoamérica donde los consorcios mineros arrasaron los bosques, amasaron fortunas y dejaron atrás un panorama desolador.
Al respecto, Raisa Banfield, del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM), calificó de un "grave error" que el gobierno panameño favorezca a las multinacionales mineras, mientras que en Costa Rica ese tipo de inversiones están de salida. Las voces de protestas provienen, además, de empresarios del sector turístico, quienes ven en peligro sus inversiones realizadas en zonas de bosque y de mar, ante los planes de concesión minera. "El turismo y la minería no van de la mano. Es una irresponsabilidad del gobierno dejar que inviertan en minería cuando se desarrolla el turismo", aseguró Carlos Anguizola, representante legal de Nombre de Dios Beach Corp., quien planea la construcción de un proyecto hotelero en la costa caribeña.
Fuente: El País
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