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Avión solar daría la vuelta al mundo en 2014

06/06/2011 | INTERNACIONAL | Medio Ambiente | 1061 lecturas | 388 Votos



Bertrand Piccard y André Borschberg están desarrollando el primer avión tripulado capaz de volar día y noche sin combustible, propulsado exclusivamente por energía solar.




Los investigadores, socios oficiales del proyecto Solar Impulse, han estado trabajando en los laboratorios de Bayer MaterialScience, desde marzo del año pasado, sobre ideas innovadoras para la construcción ligera y la eficiencia energética.


Un prototipo de la aeronave con la envergadura de un avión de gran tamaño (63,40 metros), pero que no pesa más que un coche de tamaño medio (1.600 kilogramos) ya ha completado con éxito la prueba del primer vuelo diurno y nocturno. El prototipo Solar Impulse HB-SIA, hizo su primer vuelo corto en diciembre de 2009 y en julio de 2010 realizó su primer vuelo nocturno.


Durante el día, 12.000 células solares que se encuentran en la superficie de la aeronave brindan energía a sus cuatro motores eléctricos. La energía solar para la noche es almacenada en baterías de litio que tienen un peso total de 400 kilogramos. El objetivo de los investigadores es hacer que el segundo avión Solar Impulse sea aún más fuerte y más ligero que su predecesor, el HB-SIA. La idea es que el modelo sucesor, el HB-SIB, pueda dar la vuelta al mundo en cinco etapas. El HB-SIB llevará a bordo una amplia gama de tecnologías de Bayer MaterialScience. “Por ejemplo, tenemos espumas de poliuretano en el revestimiento de la cabina, en la cubierta del motor y en las alas”, dice Johannes Seesing.


En este modelo de la aeronave, la proporción de los materiales de Bayer se incrementará de manera significativa. El objetivo de la colaboración es desarrollar y poner a prueba materiales ligeros y de alto rendimiento. Si todo va según lo previsto, el avión estará listo para dar la vuelta al mundo en 2014. Patrick Thomas, director ejecutivo de Bayer MaterialScience en el mundo, está fascinado por el proyecto: “Solar Impulse es un verdadero reto. Nuestra tarea es construir una cabina con un peso no mayor a 20 kilogramos, pero que todavía sea capaz de soportar las enormes diferencias de temperatura encontradas durante el vuelo. Todos nuestros empleados en el proyecto están entusiasmados con el reto y dan su mejor esfuerzo para encontrar soluciones”.


EL CRECIMIENTO ECONÓMICO A TRAVÉS DE LAS NUEVAS ENERGÍAS


El segundo avión, el HB-SIB, será aún más eficiente que su predecesor, por lo que se encontrará perfectamente equipado para cruzar el Atlántico y para realizar el viaje alrededor del mundo. Los fabricantes quieren demostrar que con las energías renovables y tecnologías innovadoras podemos reducir nuestra dependencia del petróleo. “Si continuamos quemando todo nuestro petróleo, las empresas plásticas en el futuro no tendrán materia prima para desarrollar sus productos. Así que todo el asunto ya no es solo una cuestión de protección del medio ambiente, sino de crecimiento económico también”.


Si el precio del petróleo sube debido a la alta demanda y la reducción de la oferta, algunos segmentos de la industria y la economía global se enfrentarán a serias dificultades. “Todos tenemos que luchar por el mismo objetivo: desperdiciar menos petróleo y desarrollar y utilizar más las energías renovables”. Por esta razón, el trabajo en equipo con los socios del proyecto es de principal importancia para el Solar Impulse. “Mientras más partes ya sea en el sector público como en el  privado entiendan de lo que se trata este proyecto, mayor será la posibilidad de poner fin al desperdicio de petróleo.”


MUCHO MÁS QUE AVENTURA


Solar Impulse es un motor para  la evolución en la industria de los materiales. Y más importante aún, el proyecto es un vector de comunicación de todo lo que se puede lograr con nuevos materiales y energías renovables


SUS PROMOTORES


El emprendimiento de diferentes proyectos tiene una larga tradición en la familia Piccard, y muchos de estos planes han terminado con éxito. El abuelo de Bertrand Piccard, Auguste, en su globo lleno de gas se convirtió en la primera persona en entrar en la estratosfera, y hace cincuenta años, el padre de Piccard se sumergió en una cápsula especial a una profundidad de 11.000 metros al punto más profundo de los mares. Con el nuevo proyecto, Piccard, Borschberg y su equipo quieren demostrar lo que puede hacerse hoy con la ayuda de las energías renovables y materiales de alta tecnología. Esta idea ha permitido al Solar Impulse ganar muchos partidarios notables, que van desde los nietos de Jules Verne y Charles Lindbergh al Premio Nobel de la Paz Al Gore.

Fuente: La Opinión (Colombia)

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