
La economía argentina consolidó un funcionamiento a dos velocidades: sectores exportadores y energéticos con buenos resultados y un entramado interno que se retrae. Así, mientras la producción vinculada con Vaca Muerta y las exportaciones agroindustriales sostienen parte del crecimiento agregado, el consumo interno se debilita de forma acelerada. En ese marco, los datos tanto de agosto como de septiembre reflejan un escenario de elevada volatilidad, con sectores dinámicos conviviendo con ramas que continúan en recesión.
Según el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPD) del INDEC, la actividad industrial acusó una caída interanual del 4,4% en agosto, en un contexto de debilidad del mercado interno. Sin embargo, en la comparación mensual desestacionalizada se observó una suba de 0,6%, lo que le da cierto respiro al sector.
En el acumulado entre enero y agosto, la industria mostró un avance interanual del 4,4%, sostenido por ramas ligadas al complejo energético y exportador.
Petróleo y molienda de oleaginosas, los motores
El crecimiento más marcado se dio en refinación de petróleo y molienda de oleaginosas, actividades que se beneficiaron con el pico histórico de producción de crudo registrado en Vaca Muerta y el buen desempeño del comercio exterior.
La expansión del shale oil permitió un mayor flujo de materia prima para el procesamiento local, abasteciendo tanto el mercado interno como las exportaciones de combustibles y derivados. En contraste, los sectores orientados al consumo interno fueron los más afectados por la retracción de la demanda. La debilidad del consumo se reflejó con claridad en el universo de las pequeñas y medianas empresas, donde la producción industrial acumuló en agosto una baja interanual del 4,7%, profundizando la tendencia negativa evidenciada a lo largo de los últimos meses.
Fuente: BAE
408 lecturas | Ver más notas de la sección Noticias Destacadas