
Un equipo de científicos a bordo del buque “Arctic Sunrise”, de la organización ecologista Greenpeace, recorrió durante diez días las áreas afectadas por el derrame de crudo y tomó muestras de agua y de oxígeno disuelto en la columna acuática, resultado de la degradación de bacterias de petróleo y gas, dijo la entidad. "En las mediciones que tomamos, vemos claros signos de deficiencia de oxígeno desde el pozo Macondo (desde el que se originó el desastre) a lo largo de una extensa franja hasta unos 500 kilómetros al oeste" del sitio, dijo el biogeoquímico Rainer Amon, uno de los científicos que participó en la expedición. "La cantidad de componentes de petróleo y gas que hay todavía en el agua es algo que necesitamos investigar ahora en laboratorio", añadió Amon, tras finalizar el recorrido con el buque.
La expedición realizó cuatro muestreos al oeste del pozo siniestrado, a fin de investigar la que se considera la principal trayectoria del crudo vertido tras la explosión de la plataforma “Deepwater Horizon”, el 20 de abril. El nivel de oxígeno no era tan bajo como los científicos esperaban, como hubiera sucedido si una mayor proporción de petróleo y gas se hubiera disuelto en las aguas, dijo Greenpeace. Ello sugiere que los petroquímicos del derrame no "han desaparecido" como afirmó el gobierno de Estados Unidos y que entre tres y cuatro millones de barriles de crudo del desastre continúan sin ser contabilizados, señaló la organización. "A pesar de lo que a BP y al gobierno les gustaría que pensáramos, la verdad es que el impacto del derrame de petróleo no se ha terminado", dijo el director de investigación de Greenpeace, Kert Davies.
"Los científicos lo saben, los pescadores lo saben, la gente del Golfo lo sabe y ciertamente (también) quienes se encargan de limpiar las bolas de alquitrán (...) El gobierno y BP tienen que ser honestos con todos sobre la extensión del daño", reclamó Davies. La expedición realizó paralelamente un estudio de la flora y fauna, y obtuvo muestras de sedimento a una profundidad de 1.300 metros en el fondo del océano, a 8 kilómetros del sitio del desastre. Algunas de las muestras obtenidas contenían visibles cantidades de petróleo con un fuerte olor, dijo Greenpeace, que indicó que serán analizadas para comparar el nivel de contaminación con otras muestras científicas de la zona, obtenidas a principios de la década. La organización ecologista envió muestras empetroladas a un laboratorio independiente para su estudio y para determinar la presencia de químicos dispersantes, informó.
En octubre, otros científicos de universidades estadounidenses se unirán a la expedición de Greenpeace, que empleará un sumergible para bucear en el fondo oceánico en el Golfo de México y estudiar los efectos del desastre petrolífero en hábitats marinos y de arrecifes de corales. La plataforma petrolera “Deepwater Horizon”, gestionada por BP, se hundió el 22 de abril tras una explosión en la que murieron 11 personas. Durante 87 días, hasta que el pozo logró ser sellado, se calcula que se vertieron unos 4,9 millones de barriles de crudo, en el peor desastre ecológico de la historia de Estados Unidos.
Fuente: AFP
1438 lecturas | Ver más notas de la sección Medio Ambiente