Por lo general, los norteamericanos intentan alejarse de la dependencia a los elementos plásticos; sin embargo, es cada vez más considerado por los operadores del sector del gas.
El debate gira entonces en torno a alternativas para armarse con tubos de producción para el sector del gas y del petróleo. Mientras que los veteranos del sector de servicios petroleros han trabajado toda su vida con el acero como material para los tubos de producción, la innovación en la industria ha hecho accesibles plásticos exóticos con los cuales poder trabajar. Entre éstos se encuentra la fibra Aramid, mas conocida como Thermoflex; un plástico patentado que parece prometer mucho para aplicaciones en la industria. El thermoflex fue diseñado para superar un problema específico en pozos de gas natural. El aumento de líquido ocurre casi siempre cuando la producción de gas en pozos antiguos comienza a disminuir y el flujo del líquido continúa hasta el punto en que la producción de gas se reduce drásticamente o hasta se anula.
La compañía PolyFlow Inc, que comercializa Thermoflex en EEUU, asegura que el tubo mejora el flujo de gas lo suficiente como para levantar los fluidos, siempre que no se introduzca demasiada contrapresión dentro del reservorio. Jay Wright, presidente de la base en Pennsylvania de Polyflow, ávidamente recitó las ventajas que representa el tubo plástico para los operadores. Los beneficios son que no corroe como el acero y es casi 100 veces más liso que éste, ayudando a que haya menos fricción y por lo tanto, menos contrapresión dentro del pozo.
Usando thermoflex, los operadores podrán ver una violenta disminución de la presión, que es de alrededor del 50% en comparación con el acero, y que da como resultado un flujo mayor de gas producido. Uno de los defectos eternos del tubo de acero ha sido su peso, el cual puede representar un problema en pozos profundos que requieren enormes carreteles de tubing. Cuando los camioneros deben movilizarlos, el desafío comienza. En cambio el plástico es fácilmente manejable y movilizable por su liviano peso.
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La inercia que presenta ante el petróleo y el gas, incluyendo los corrosivos, lo convierte en candidato ideal para utilizarse en pozos ácidos. La idea de que el plástico es más débil que el acero es errada. Sus comercializadores afirman que una mezcla entre fibras Aramid alrededor de un plástico Fortron hacen un tubing sorprendentemente fuerte. Podría hacerse un caño de plástico mucho más fuerte que uno de acero, pero a causa de que es tan liviano lo diseñamos para que sea la mitad de fuerte que el convencional. Una columna de Thermoflex pesa una décima parte de lo que pesa una de acero. Un factor negativo del Thermoflex es la temperatura operativa. El tubing no debe instalarse en ningún ambiente que esté a menos de los 18Cº. Para aplicaciones en climas fríos los especialistas recomiendan la circulación de agua tibia por el tubing antes de usarlo, simplemente para evitar cualquier tipo de inconveniente.
La compañía también recomienda que los operadores utilicen un camión de coiled tubing estándar para la instalación de Thermoflex, aunque también puede resultar con un camión de transmisión directa, por el poco peso del producto. A este tiempo, las compañías que han usado el producto afirman que éste tiene sus ventajas y sus desventajas. Kelly Richardson, un ingeniero especialista en terminación supervisó la instalación de thermoflex en una docena de pozos someros de Alberta (no más de 500m de profundidad).
“Fue una experiencia enriquecedora, nunca lo habíamos usado antes. Cuando lo compramos, estábamos un tanto preocupados por el precio, sin embargo desde que lo ordenamos hasta que lo usamos el precio del acero aumentó un 30%, así que por ese lado funcionó bien”, comentó Richardson.
Inicialmente, los operadores tenían problemas manejando el plástico, principalmente porque estaban acostumbrados al acero, pero una vez que fueron ganando experiencia superaron el inconveniente.
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Richardson comentó que no hubo realmente disminución en la fricción y merma de presión “seguramente por la poca profundidad de los pozos y porque la cantidad de tubing no era suficiente”, dijo el Ingeniero. “Hubo una reducción en la fricción en los lugares en los que reemplazamos el acero por plástico, aunque no fue significante. En cuanto a temperaturas para su instalación, Richardson dijo que el plan original fue el de hacer circular agua tibia como los productores sugerían, aunque finalmente decidieran, por razones prácticas, instalar directamente en la época en la que el agua es naturalmente mas tibia.
“En Canadá la temperatura baja mucho y cuando se trabaja por debajo de los 0º hay que ser muy cuidadoso, ya que el tubing se vuelve muy quebradizo. Está probado para ciertas presiones, aunque en cuestiones de fuerza hay que ser un poco más delicado que lo que se es con el acero” explicó. La primera recomendación que darían los que han experimentado con este producto es que, a pesar de que los operarios estén acostumbrados a tratar las válvulas con golpes, con el plástico todo debe ser muchísimo mas suave”.
Al mismo tiempo, Richardson afirma que es demasiado pronto para asegurar si thermoflex cubrirá expectativas en otros aspectos, como la habilidad del producto de evitar la acumulación de betún que ocurre en el acero. “No hemos visto una acumulación de betún, aunque en realidad es demasiado pronto para asegurar algo, ya que el betún se forma después de unos años. En cualquier caso, recomiendan a los operadores que tienen este problema que realicen un cuidadoso pistoneo antes de instalar Thermoflex.
Fuente: New Technology Magazine
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