Frente a un nuevo episodio ambiental con derrame de petróleo, sucedido esta semana en el parque industrial, se disparó el debate acerca la eficacia del Estado y sus organismos a la hora de controlar el comportamiento de las empresas respecto de la actividad hidrocarburífera ¿Alcanzan las normativas existentes? ¿Son suficientes las inspecciones que se realizan?
En esta nota, el secretario de Medio Ambiente de la provincia, Ricardo Esquivel; la subsecretaria de Servicios Ambientales de la Municipalidad de Neuquén, Paola Guerrero; y Beatriz Kreitman, diputada provincial de la CC-ARI, opinan sobre el tema. El miércoles, en el parque industrial, sucedió un derrame de “fondo de tanque”.
Lo que ocurrió fue que rebalsó una pileta de tratamiento (que no estaba autorizada) y el líquido filtró por una calle lindera al predio de la empresa Indarsa, lo que originó que se formara un verdadero río de hidrocarburos a los largo de 300 metros. En el lugar trabajaron bomberos y también la Policía para desviar el tránsito y realizar las pericias.
Las tareas de remediación consistieron en mezclar el petróleo con arena para luego retirarlo en containers. Las calles afectadas se terminaron de limpiar en dos días, pero la preocupación sobre este tipo de incidentes ambientales persiste en la población, al igual que el interrogante respecto de si se podría haber evitado.
DEBE HABER RESPONSABILIDAD - Ricardo Esquivel, Secretario de Medio Ambiente de la provincia de Neuquén
Es considerado residuo peligroso todo aquel que pueda causar daño, directa o indirectamente, a seres vivos o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general. El derrame producido en la empresa Indarsa se trata de un hecho arbitrario y no ajustado a ninguna norma técnica y procedimiento autorizado, en un sector adyacente a la playa de maniobras, que no tuvo en cuenta la prevención de riesgos, ambientales y de seguridad, ni las posibles afectaciones a los recursos naturales la avifauna y las personas.
Es permanente nuestra prédica de abandonar malas prácticas y adoptar metodologías, tecnologías modernas y ajustar instalaciones y trabajos en acuerdo con normativas establecidas en un sendero de actualizaciones permanente. Se busca crear conciencia de la necesidad de cumplir con los protocolos que regulan cada una de las actividades y que hacen que se minimicen los riesgos de sucesos como del último martes con el derrame en parque industrial, donde no se comunicó aviso una vez producido el incidente.
Aspiramos a la conciencia y responsabilidad empresaria y ello requiere fundamentalmente de un cambio de mentalidad y cultura en las empresas. Porque no puede haber un inspector o un policía conviviendo permanentemente en cada lugar para verificar que a cada instante no se realicen prácticas que vayan en contra del ecosistema y las normativas legales vigentes. La labor de inspección es más que importante, pero no lo es todo.
Hechos como este generan preocupación y descredibilidad de las autoridades de aplicación y afecta a todas las demás empresas, porque la sociedad supone que todo el sector trabaja sin normas técnicas, ni buenas prácticas, ni prevención de riesgos, y sin la protección del recurso natural y la salud humana. La secretaría, a través de la Dirección de Residuos Peligrosos, preserva el aire suelo y agua, mediante controles, involucrando equipos e instalaciones industriales periódicamente, con lapsos de 30 días y controles de emisiones gaseosas de chimeneas cada tres meses, como también la documentación de ingresos y materiales tratados en el establecimiento, los que son complementados por inspecciones de la Secretaría de Ambiente de Nación.
Tenemos un área técnica con profesionales universitarios a la que se incorporan técnicos en acuerdo con la demanda creciente de establecimientos sujetos a este control. Los alcances de los objetivos de control son de mejora continua con el crecimiento del conocimiento, la capacitación y la incorporación de tecnología. Estamos licitando doce vehículos para inspección de diversas áreas, entre ellos dos vehículos para el control de calidad de aire y material matriculado que se afectarán a áreas urbanas, sectores industriales en general y plantas de tratamiento de residuos peligrosos.
CAYÓ EL RELATO DE LOS CONTROLES - Beatriz Kreitman, Diputada provincial de la Coalición Cívica-ARI
La verdad es terca como el agua. Siempre consigue un resquicio por donde filtrarse. Los gobernantes neuquinos de todos los niveles y los empresarios vinculados a la explotación hidrocarburífera saturan de informaciones intentando demostrar que la actividad no contamina y que los controles estatales son estrictos en defensa del ambiente. Nuestra postura difiere. Sostenemos que hubo, hay y habrá daños ambientales muy fuertes que condicionarán la vida de las próximas generaciones.
Seguiremos con esta prédica, aun cuando notamos escasa preocupación social en la materia y pese a la desigualdad de recursos para hacer frente a las reacciones oficiales que se manifiestan con permanentes declaraciones y costosas campañas. El incidente registrado en la empresa Indarsa, en el parque industrial de Neuquén, nos da la razón y elementos para pensar que estos casos deben ser asiduos en los campos petroleros, lejos de la vista de los medios y del gran público capitalino.
El control estatal es pobre, por acción u omisión; por ineptitud o por falta de voluntad. Las declaraciones de las autoridades de Medio Ambiente carecen de solidez y las explicaciones de la empresa fueron balbuceos inentendibles y autoincriminatorias. El derrame de fluidos empetrolados fue una torpeza de la empresa, confiada en que no tendrían ojos escrutadores. Suspensión, clausura y multa son las sanciones, por ahora. Pero si todo queda en esos puntos, será un abordaje parcial del caso. La empresa, paradójicamente, recicla residuos peligrosos.
El hecho ha producido un impacto en la credibilidad de las políticas de control y de la conducta de las empresas, sospechadas de producir daños con impunidad. A los gobiernos provincial y municipal les costará mucho remontar la calidad de controladores eficaces y no alcanzará con declaraciones admonitorias y pequeñas multas. Deben actuar, diariamente y en todo lugar. La contaminación es letal y los daños, irreversibles.
SE FORTALECIERON LAS ACCIONES - Paola Guerrero, Subsecretaria de Servicios Ambientales de la Municipalidad
Desde la Secretaría de Servicios Urbanos, uno de los principales desafíos asumidos y ejes de acción definidos desde el inicio de la gestión ha sido fortalecer las acciones de control, fiscalización y monitoreo ambiental de las empresas que ejercen sus actividades en el parque industrial. Con la inauguración de una Oficina Ambiental permanente en 2012, se comenzó a consolidar el Plan Sistemático de Inspección y Monitoreo.
Como primera medida se solicitó una Declaración Jurada Ambiental a cada una de las cerca de 200 empresas radicadas. Así se logró consolidar una base de datos que permitió realizar una categorización y un mapeo ambiental de las empresas de acuerdo con su Nivel de Complejidad del Riesgo Ambiental (definiendo 3 categorías: bajo, medio, alto) a partir de variables tales como el rubro, la localización, la presencia de emisión gaseosa, manipulación de químicos y generación de efluentes.
Los avances logrados permitieron establecer para cada categoría de empresas el número de inspecciones anuales según su nivel de complejidad ambiental. Asimismo, el Plan Sistemático de Inspección y Monitoreo modificó la forma tradicional de realizar las inspecciones, ya que incorporó una “Check List” específica para cada categoría e incluyó un sistema de patrullaje permanente. Hasta el momento se han realizado más de 380 inspecciones y en dos años se labraron 18 actas de infracción.
Actualmente, nos encontramos trabajando en la segunda recategorización de todas las empresas instaladas. Los resultados obtenidos a la fecha, sumados a las acciones y los planes en desarrollo, permitirán continuar fortaleciendo las estrategias integrales de intervención definidas.
Fuente: Diario La Mañana Neuquén
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