"A partir de ese lamentable accidente, con la colaboración de los propios mineros, las empresas y el Gobierno, hemos realizado grandes avances en seguridad minera, reduciendo en 75% la tasa de muertes en accidentes mineros respecto de la década anterior", detalló el mandatario.

Asimismo, el jefe de Estado destacó que desde entonces, Chile ha "logrado grandes avances hacia una minería más sustentable e inclusiva", entregando un mayor compromiso "con sus trabajadores y sus comunidades", así como con la protección del medio ambiente y la naturaleza.

El derrumbe de la mina San José, ubicada en Caldera, en la provincia de Copiapó, se produjo el jueves 5 de agosto de 2010, pasado el mediodía, y dejó atrapados a 33 mineros y dos días después ocurrió otro derrumbe, lo que hizo imposibilitó su salida por un tubo de ventilación.

Los mineros estuvieron bajo tierra a unos 720 metros de profundidad durante un lapso de 69 días.

"Esos 69 días nos llenaron de orgullo y mostraron lo mejor del pueblo chilenos. Pero esos 69 días también nos dejaron grandes lecciones, que hoy son más necesarias y útiles que nunca", dijo Piñera.

El rescate se concretó el 13 de octubre, luego de intensos trabajos de perforación que costaron casi 30 millones de dólares, aportados por el Gobierno chileno y empresarios del sector minero.

"Fue esa voluntad, fe, unidad, fuerza y esperanza, y también la ayuda de Dios, lo que hizo posible lo que parecía imposible. Lo que produjo el milagro de la Mina San José, el que se inició con una frase corta y simple, pero llena de fuerza y significado, ‘Estamos bien en el refugio los 33Â’", exclamó el presidente chileno.