
Aún no es posible predecir el momento en que las tecnologías del hidrógeno, utilizadas para reemplazar gradualmente y sin contaminar al petróleo y al gas, sean aplicadas en este país. Sin embargo, la instalación de la primera planta en la Antártida indica un proyecto a futuro que, por ahora, es sólo de carácter experimental.
“Su empleo requiere de inversiones millonarias y de equipos tecnológicos de alto desarrollo”, afirma el platense José Luis Aprea, uno de los cuatro científicos encargados de instalar el proyecto pionero en Latinoamérica, llamado Módulo Argentino de Energías Limpias (MAEL 1).
Según Aprea, especialista en tecnologías del hidrógeno que vive en Plottier, “en el futuro va a haber prototipos que le sigan, por eso el indicador numeral. Nuestra misión era la de trasladar, desde el continente, todos los elementos del módulo que implican los sistemas de control, de potencia, los cables y los contenedores”.
CAPTAR ENERGÍA
La función del MAEL 1 es tomar un tipo de energía limpia, “para este caso, energía eólica y solar. Partiendo de ellas se produce hidrógeno, a través de la electrólisis. El módulo implica una parte que es el corazón del sistema. Primero, captar energía del viento, que en la Antártida es terrible, más de lo que necesitamos, y solar (la disponibilidad no es buena).
Entonces, lo que funcione allí, funciona en todos lados”, señala Aprea. Para la misión viajaron cuatro especialistas, tres de ellos Ingenieros del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) y Aprea, perteneciente a la Asociación Argentina del Hidrógeno y a la Universidad Nacional del Comahue. El uso de tecnologías del hidrógeno posibilita reemplazar de forma gradual a los combustibles fósiles. "La combustión del hidrógeno, con o sin llama, no es contaminante, sino que da solamente agua", explica el especialista.
"Son nuevas tecnologías que están tomando un lugar en el mercado de algunos países. Los principales que las dominan son: Canadá, Alemania, Francia y Japón", señala. "El uso del hidrógeno reemplaza de forma gradual al petróleo y al gas. El precio, como nueva tecnología es, ahora, más costosa. Pero cuando se logre producir en masa se acondicionará. Pensar en un precio es entrar en un terreno poco preciso, ya que varía dependiendo del costo de la electricidad, que a su vez fluctúa de un país a otro. Podría estar en precio competitivo con el de la nafta", define.
EL MÉTODO
El método que fue utilizado en la Antártida "es la electrólisis: explicado en forma sencilla, colocamos agua en un recipiente con unas determinadas condiciones y, simplemente utilizando energía eléctrica, se descompone. En cada uno de los electrodos de la celda que formamos se va a separar oxígeno por un lado e hidrógeno por el otro. Eso es lo que hicimos para instalar en forma experimental. Y es una de las formas para obtener hidrógeno por una vía limpia", resalta. El otro método que existe y se utiliza actualmente en un 95% en el mundo es el reformado de gas natural, "que no es un método tan limpio como el anterior. Éste emplea un hidrocarburo, que es el gas natural. Lo podemos seguir utilizando porque todavía lo tenemos, al igual que el petróleo", concluye.
LOS COSTOS Y LA CONTAMINACIÓN
"Cuando se calculan los costos nunca se considera el precio de contaminar, que si se hiciera, aumentaría considerablemente de acuerdo a la técnica empleada", señala José Luis Aprea, especialista en Tecnologías del Hidrógeno, respecto del los tratamientos contaminantes para el ambiente. Sin embargo, si se utilizan métodos ecológicos modernos, sus costos se amortiguan ya que no resulta contraproducente a la salud del mundo y de las personas. "Una suposición: si le cargo al costo, el precio que significa contaminar, arruinando ríos”.
“O lo que le cuesta al Gobierno o a quién sea reparar las cuestiones relativas a la salud que dañan los elementos contaminantes, esos costos no quedan en el aire, sino que habría que atribuírselos a quien los produce. Por ejemplo, si el carbón produce un costo asociado por contaminación tendría que haber una carga adicional, que hoy día no se hace", explica. "Si se hiciera, por supuesto que los que no contaminan, los que usan tecnologías limpias o también del hidrógeno, son más baratos", concluye el especialista que experimenta en la Antártida.
Fuente: Diario La Mañana Neuquén
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