
Cualquiera podrÃa confundirlos con una simple chimenea, pero detrás de ese aspecto que resulta cotidiano se resguarda un detector de partÃculas de polvo. Desde 2002 y por parte de la minera Barrick, fueron ubicados dos de estos dispositivos en la Villa de Iglesia y Las Flores, zonas de influencia de Veladero, a fin de controlar el polvo en suspensión que genera el tráfico minero en el lugar. El dispositivo es conocido como PM10 y sirve para la medición de polvo en suspensión. Es decir que es capaz de medir una fracción de polvo con diámetro aerodinámico igual o menor a 10 micrones, que es lo que se considera inhalable. El PM10 es el instrumento designado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) para la medición de partÃculas de 10 micrones y menores que son las respirables por el ser humano.
“Su funcionamiento prevé que las partÃculas de polvo sean clasificadas por medio de un separador aerodinámico. Según su tamaño, las partÃculas son captadas a través de distintas placas colectoras y depositadas en un filtro de fibra de micro cuarzo cuidadosamente preparado†explicó Roberto Caso, supervisor senior de Medio Ambiente en Veladero, quien precisó que este análisis se efectúa cada 24 horas, durante 24 horas.
Es decir, se toman muestras durante un dÃa y se descansa el dÃa siguiente. La concentración de la masa de las partÃculas recolectadas se calculan por medio de la diferencia en pesos del filtro, antes y después del muestreo.
La medida fue tomada por la empresa como parte de sus compromisos ambientales y si bien los dispositivos no son para mejorar la calidad del aire (no son purificadores y sólo están destinados al conteo de partÃculas), no resulta menor en una zona que por el tráfico minero es bastante común que se genere polvo en suspensión.
Es que el polvo integra el grupo de las denominadas partÃculas respirables o PM10 (de allà a que el dispositivo se lo identifique con este nombre), que son aquellas con un diámetro aerodinámico igual o menor a 10 micrones. Productos de combustión, aerosoles, o microorganismos como protozoarios, bacterias, virus, hongos y polen, también integran este grupo.
En ciudades con alta densidad poblacional y por ende, gran concentración de circulación de vehÃculos como en el caso de México, se ha recurrido a la instalación de estos dispositivos en puntos urbanos estratégicos, como parte de las herramientas que se utilizan para controlar la calidad del aire.
Fuente: Cuyo Minero
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