
"Privatización parcial" y "valuar para vender" son los dos conceptos que fuentes oficiales explicaron sobre la última jugada del Gobierno en el universo de las empresas públicas. El hecho es que el Ministerio de EconomÃa emitió la resolución 1751, mediante la cual dispuso un perÃodo de 12 meses para vender el 44% de las acciones de Nucleoeléctrica Argentina (NASA).
"InÃciase el proceso de privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA)", empieza la resolución firmada por el ministro Luis Caputo. AsÃ, el Gobierno le dio un nuevo impulso a lo que habÃa sido aprobado en la Ley Bases. En aquella norma se incluyó la posible venta de empresas como AySA, Trenes Argentinos y Enarsa. En esa lista también se encuentra NASA. Esta compañÃa se diferencia, por ejemplo, de las del sector ferroviario, ya que se la considera una "joyita del Estado".
NASA es una de las empresas que más dinero dejan a las arcas públicas. Según un informe de la SecretarÃa de Hacienda, en 2024 generó ingresos de operación por "la suma de $634.719,8 millones, obtenidos de la venta de energÃa". De hecho, el Ministerio de EconomÃa resaltó que el año pasado fue una de las responsables del superávit financiero del total del conjunto de las empresas del Estado. Aportó unos $275.500 millones.
Estas cifras ayudan a entender por qué el proceso iniciado habla de "privatización parcial" y no total. La normativa revela un detalle: El plan de venta alcanzará al 44% de las acciones. "Se estableció que el cincuenta y uno por ciento (51%) del paquete accionario de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA) quedará en poder del Estado nacional -SecretarÃa de EnergÃa- y de la Comisión Nacional de EnergÃa Atómica, organismo descentralizado actuante en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros, manteniendo el Estado nacional la participación mayoritaria en el capital social", según el texto firmado por el Gobierno. El 5% restante irÃa a un programa de propiedad participada.
En términos prácticos, NASA produce energÃa eléctrica, opera centrales nucleares y se encarga de la gestión de los proyectos nucleares del paÃs. De ahà que sus principales activos sean las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse.
Precisamente, la resolución publicada ayer en el BoletÃn Oficial establece que esos bienes sean valuados. La SecretarÃa de EnergÃa deberá hacer el inventario.
"Estamos en uno de los mejores momentos", describió una fuente de la empresa. Este integrante de NASA afirmó que la compañÃa incrementó su caudal de generación de energÃa nuclear.
Según el informe de la SecretarÃa de Hacienda sobre empresas públicas, NASA acumuló un superávit financiero de $74.905 millones en el primer semestre de 2025. Fuentes oficiales exhibieron este número como un sÃntoma positivo, pese a que una de sus centrales, Atucha I, no se encuentra activa debido a los trabajos de extensión de vida.
El Gobierno destacó esos trabajos como una de las obras más importantes del año, en su informe sobre inversión pública de 2025. "Este proyecto tiene como objetivo prolongar la operación de la central por 20 años adicionales, garantizando asà el suministro de energÃa eléctrica limpia y de bajo costo, aprovechando un activo ya amortizado", definió.
AsÃ, estas cifras muestran a NASA como una empresa seductora para el sector privado. El inicio de su "privatización parcial" acaba de empezar. Pero antes, el Gobierno quiere asegurarse de cuánto deberÃa ser su precio. Ese es el motivo, según explicaron fuentes oficiales, por el que hará el inventario de sus bienes.
Además, la resolución de EconomÃa le puso plazo a la venta del paquete del 44% de sus acciones. Instruyó a la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, a cargo de Diego Chaher, coordinar las acciones para que "mediante una licitación pública de alcance nacional e internacional" se haga la venta "en el plazo de 12 meses".
Fuentes oficiales al tanto de la situación de la empresa señalaron que la entrada de capital privado no deberÃa alterar el curso de la compañÃa. Su horizonte, dijo, es la generación de energÃa, con particular interés en el sector nuclear.
Fuente: La Nación
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