Una vez más, el hombre pone en peligro a la naturaleza. Ahora se trata de un buque ballenero japonés que se incendió en la Antártida y hay riesgo de que se derramen 1.000 litros de combustible y químicos, lo que podría provocar una catástrofe ecológica. 
El fuego se desató a primeras horas de la mañana bajo la cubierta. Inmediatamente fueron evacuados 140 miembros de la tripulación, mientras que otros 20 se quedaron durante cuatro horas para apagar el fuego. Un hombre está desaparecido y se desconocía si se cayó al mar o seguía en el buque siniestrado.
El "Nisshin Maru" se encontraba en el Mar de Ross, a unos 185 kilómetros de la costa, una zona donde Nueva Zelanda es responsable de las medidas de rescate. Se desconocen las causas que motivaron las llamas en el barco, pero Steve Corbett, vocero de las autoridades marítimas de Nueva Zelanda, descartó cualquier relación con la batalla naval que libran desde hace días la flota ballenera japonesa y embarcaciones ecologistas contrarias a la caza.
Paul Watson, responsable de la organización ecologista Sea Shepherd, indicó que los balleneros se encontraban "a unas mil millas náuticas" de las embarcaciones anticaza. "No tenemos contacto con ese buque desde hace tres días y regresamos a puerto porque estamos cortos de combustible", indicó a la televisión australiana.
El "Nisshin Maru" es utilizado para procesar las ballenas cazadas por otros barcos nipones como el "Kaiko Maru", que esta semana lanzó una llamada de socorro tras chocar con dos embarcaciones de los activistas del grupo "Sea Shepherd" en las aguas de la Antártida. La flota japonesa tiene como objetivo matar 850 ballenas de Mink de aquí a marzo. Una moratoria sobre la caza comercial de ballenas rige desde 1986, pero Japón no la aplica e invoca una cláusula que autoriza la caza con fines científicos.
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