Los altos precios del petróleo reflejan el fracaso de los países industrializados en bajar su adictiva dependencia del crudo, que se ha visto disparada, entre otros, en Europa por el uso de camiones para el transporte de carga; en Estados Unidos por el auge de carros grandes y por el crecimiento en la demanda del transporte aéreo, y ahora por los insaciables requerimientos de economías de alto crecimiento como la china e india.
Un cálculo realizado por el World Watch Institute muestra que si China usara la misma cantidad per cápita de petróleo que utiliza hoy Estados Unidos, la producción global tendría que duplicarse para acoger la demanda. Este reconocido instituto pone en seria duda que el planeta pueda duplicar la producción actual. ...
Si bien pareciera que las reservas petroleras son lo suficientemente abundantes como para cubrir las necesidades de un millardo de personas en los países industrializados, éstas no pueden alcanzar para satisfacer las necesidades de más de 6 millardos de futuros consumidores ricos que vendrán dentro de algunas décadas. 
Pero ¿por qué preocuparnos aquí por todo esto si más bien los altos precios del petróleo y su consumo masivo nos favorecen? Hay razones para preocuparnos porque la quema de vastas cantidades de petróleo contribuye al acumulamiento de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que a su vez causa, junto a otros gases invernadero, el fenómeno de calentamiento global, el cual amenaza con alterar dramáticamente los ecosistemas, la economía y al mismo clima. Y Venezuela es vulnerable a estas amenazas.
A pesar de que no figuramos entre los grandes emisores de gases invernadero, la extracción, conversión y uso del petróleo y del gas como combustibles contribuyen a 77% de las emisiones totales de estos gases en el país. El inventario nacional de emisiones del año 1999 muestra que 76,8% de éstas, expresadas como emisiones de CO equivalentes, provienen del sector energético, repartidas en 55,1% por la quema de combustibles fósiles, principalmente en el transporte y en las industrias de la energía.
Pero ¿qué hacer para proteger la Tierra de una posible catástrofe climática? A escala mundial lo que hay que hacer es bajar los niveles de consumo de carbonos fósiles, que representan 75% de la fuente de energía del planeta. Obviamente, esto significa que el mundo tendría que volcarse a buscar fuentes alternas menos contaminantes que el petróleo y el carbón. Pero ¿cómo será esta transición y cómo nos afectará a nosotros? Imposible describir esto en un solo articulo, pero sí podemos adelantar que algunas empresas, como British Petroleum y Shell, están invirtiendo en energías alternativas; empresas automovilísticas desarrollan automóviles con combustibles alternativos, y países enteros también se han volcado a esta búsqueda.
Para irnos preparando, creemos que como país productor tenemos la oportunidad de usar la crisis energética y climática para incrementar las inversiones que nos permitan desarrollar tecnologías menos contaminantes. Además, crear incentivos para aumentar la eficiencia de la conversión de la energía, apuntalando hacia la promoción de las políticas y medidas para hacer más eficiente el consumo energético, con la finalidad de reducir las emisiones de gases invernadero en el corto plazo.
En términos generales, los dos sectores que más contribuyen a escala nacional a la generación de emisiones de estos gases, y en donde se podrían adoptar estas tecnologías y medidas, son el transporte y la generación de energía. Seguimos con el tema en el próximo artículo.
Fuente: El Nacional
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