Un grupo de 43 jornaleros del centro de trabajo de Long Beach fue contratado por la empresa ACTi (Advanced Clean up Technologies Inc.) para limpiar el derrame de combustible ocurrido recientemente en la bahía de San Francisco.
Para Tony Bernabé, director del programa de jornaleros de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Ángeles (CHIRLA), ese es un ejemplo más de que la mano de obra de estos trabajadores es necesaria en casos de desastres.
Señaló algunos de los casos en que jornaleros han sido clave para las tareas de limpieza, como en Nueva York, donde acarrearon los escombros de las Torres Gemelas, en New Orleans, donde reconstruyeron la ciudad luego del huracán Katrina, o en el Sur de California, donde participan en tareas de recuperación de las áreas devastadas por los incendios.
El pasado 7 de noviembre el buque carguero Cosco Busan, de bandera sudcoreana, debido a una densa neblina chocó con la base de un puente que une a San Francisco y Oakland provocando el derrame de aproximadamente 220 mil litros (58 mil galones) del crudo que transportaba.
Alberto, un salvadoreño indocumentado, fue uno de los contratados. Durante ocho días trabajó en la limpieza de barcos y playas, con horario de 12 de la noche a 12 del mediodía. Un total de 96 horas para una paga total de 960 dólares. A 10 dólares la hora, a pesar de ser un trabajo nocturno.
Según cuenta, recibió un primer cheque por la mitad y estaría por recibir el resto el próximo viernes. El problema, dijo, fue que para cambiar el cheque "se la hicieron mucho de tos" (fue difícil lograrlo), "porque la empresa tiene mala reputación en el pago de cheques".
Una representante de ACTi dijo que se comunicarían con La Opinión, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo comentario.
"Recorrí varias liquors de aquí de Long Beach, lugares donde cambian cheques, y no me lo querían cambiar, porque la empresa tiene mal récord, porque no tiene fondos, en una marketa dijeron que ya les debían 15 mil dólares", comentó.
Su primer cheque por fin lo pudo cambiar en una licorería donde le dijeron que se iban a arriesgar a pesar de que ya han tenido malas experiencias con esa empresa. A sus otros compañeros, la empresa ACTi tuvo que darles una carta dirigida a un banco para que pudieran cambiar sus cheques, indicó Alberto.
"A nosotros nos llamaron aquí al centro [de jornaleros de Long Beach], para que fuéramos a limpiar el crudo que se había derramado", dijo. "También otros jornaleros de Bakersfield fueron contratados, en realidad todos los que estábamos haciendo la limpieza éramos jornaleros".
El trabajo en la bahía de San Francisco incluía hospedaje y comida. "Eso sí, comida no nos faltó", comentó Alberto. "Lo único malo era el contacto con el químico que teníamos. Es un químico que se rocía para despegar el petróleo".
Lo realizado en San Francisco, consideró este jornalero, es un ejemplo más de lo que como trabajadores aportan a la comunidad. "Más allá de lo que lo acusan a uno, al final venimos a contribuir a la economía, cuánto se ahorran, tienen empleados que ganan entre 15 dólares 20 dólares la hora, y nosotros somos la mano de obra barata", comentó. "Y mientras, siguen incrementando medidas en nuestra contra".
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