Vaca Muerta y las hidroeléctricas distinguen a Neuquén en ese escenario . La sentencia del operador surgió en el final de una conversación originada en la curiosidad de este cronista por un presunto impacto en el mundo de las finanzas del desempeño demostrado por los precios de los commodities en los últimos meses, cuando los relacionados con el agronegocio demostraron un retroceso mientras los vinculados a la energía mantuvieron el vigor que ganaron desde la intervención militar de Rusia en Ucrania. Hasta ahora, el campo ha sido la principal vía para la entrada de divisas al país con sus exportaciones de granos y productos derivados, segmentos en los que Argentina disputa el liderazgo mundial.
No obstante, si bien no perdió esa condición, en los últimos años apareció una alternativa con potencial para disputársela: la producción energética , área en la que se presenta un horizonte de crecimiento formidable para el país. Si el agronegocio circunscribió su zona núcleo al corazón de la Pampa Húmeda, la energía ubica la suya en Neuquén, en gran medida porque en la provincia se hallan los yacimientos mejor dotados de Vaca Muerta, pero también por la capacidad de generación hidroeléctrica que ostentan las represas enclavadas en sus ríos.
La posición de Neuquén se benefició con la reconfiguración del escenario energético global producto de los efectos geopolíticos de la guerra de Rusia contra Ucrania. Aparecieron nuevos mercados a la vez que se potenciaron los precios de las fuentes de energía, al mismo tiempo que el país avanzó en una política para lograr el autoabastecimiento energético. Aunque se fundan en recursos naturales de propiedad provincial, los negocios de la explotación hidrocarburífera como los de la generación hidroeléctrica están en manos privadas.
No obstante, para Neuquén hay una diferencia clave: las concesiones de los yacimientos hidrocarburíferos son de su absoluta incumbencia, mientras las de las represas le son totalmente ajenas. En el caso de las generadoras hidroeléctricas, la Nación es dueña de la infraestructura, con lo cual ostenta el poder de decidir el modelo de gestión con independencia de la postura de la provincia, a la que se le reconoce un canon por el uso del agua que es de su propiedad, pero sin ninguna participación en lo vinculado a la generación eléctrica, que depende exclusivamente de la decisión del gobierno nacional. El manejo de las generadoras sobre los ríos de la provincia está en discusión hace muchos meses, fundamentalmente porque se vencieron los contratos firmados hace 30 años con las operadoras que se adjudicaron las concesiones en la década del 90 sin que Nación decidiera qué hacer a partir de ese momento con las represas.
Los contratos caducaron durante la presidencia de Alberto Fernández , quien dejó el poder sin resolver la cuestión de fondo. Mientras tanto, se fueron prorrogando los convenios caídos con las operadoras que están a cargo de la gestión de la generación hidroeléctrica. En ese contexto, la provincia activo un reclamo para participar en el diseño del modelo como en la gestión futura de las represas. El gobierno de Javier Milei recientemente resolvió una nueva prórroga, a la vez que planteó una hoja de ruta para reconcesionar la administración de las generadoras, sin participación neuquina, aunque no cerró las negociaciones con el gobierno provincial.
Fuente: La Mañana de Neuquén
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