La licitación corresponde al ducto de 480 kilómetros requerido por el consorcio Southern Energy, que instalará dos buques de licuefacción en San Antonio Este para comenzar a exportar GNL a partir de 2027. El proceso está en etapa final y participan fabricantes de China, India, España, Colombia, México, Japón, Grecia y Turquía. 

La adjudicación se definirá por precio y capacidad de entrega, sin componentes locales obligatorios. SIAT, inaugurada en 1948, emplea entre 300 y 400 trabajadores y es la principal productora nacional de caños para proyectos de petróleo y gas. Actualmente fabrica parte de los ductos para el programa Duplicar Norte, que aumentará la capacidad de transporte de crudo desde Neuquén hacia los puertos de exportación. 

El ingreso de caños chinos para obras puntuales del proyecto GNL — unas 5.000 toneladas arribadas en noviembre— encendió las alarmas dentro del sector industrial. Según fuentes empresarias, Tenaris viene cotizando entre 10% y 25% por encima de proveedores asiáticos y europeos, una diferencia relevante en obras donde los márgenes son estrechos y la estructura de costos condiciona la viabilidad del negocio exportador. La eventual elección de un proveedor extranjero, señalan en la industria, podría comprometer la continuidad operativa de SIAT en un momento en que la demanda local depende en gran medida de obras asociadas al desarrollo de Vaca Muerta. 

El ducto del GNL es un componente crítico dentro del esquema de costos que Southern Energy presentó bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). El precio de producción y transporte es determinante para competir en los mercados de Europa y Asia. En el sector explican que una diferencia de entre 10% y 20% en el valor de los caños puede implicar sobrecostos de decenas de millones de dólares. Ese factor adquiere mayor peso cuando el negocio opera con valores de referencia como: Para que la exportación sea sostenible, el segmento upstream y el transporte interno deben ubicarse por debajo de US$ 2 por MMBTU. Bajo esa premisa, los adquirentes priorizan precio y plazos sobre la industria local. El análisis de Rocca suma otro elemento: el peso de China dentro del accionariado del proyecto. Southern Energy, integra su grupo societario con CNOOC, la estatal china que posee el 25% de Bridas. En ese contexto, la posibilidad de que se elija acero producido en plantas de Asia es vista dentro de Techint como un escenario probable. 

Para el conglomerado argentino, que además produce tubos en varios mercados globales, la decisión tendría consecuencias estratégicas: perder volumen en un proyecto emblemático para la exportación y ceder terreno frente a un competidor respaldado por un Estado con fuerte presencia en el mercado siderúrgico internacional. La tensión entre precio y producción nacional no es nueva, pero adquiere otra dimensión en un proyecto que aspira a inaugurar el negocio exportador de GNL en Argentina. De un lado, el sector privado sostiene que la única manera de viabilizar la inversión es mediante insumos al menor costo posible. Del otro, la industria metalúrgica argentina plantea que sin participación local las cadenas de valor vinculadas a Vaca Muerta se debilitan. El Gobierno transmitió que el proceso será estrictamente competitivo.

 Entre los participantes de la licitación señalan que Tenaris no disputa solo contra China, sino también contra fabricantes de India, Turquía y Japón que lograron precios más bajos en concursos similares durante el último año. La construcción del ducto es la primera pieza de un esquema de exportación que podría generar ingresos anuales por más de 2.500 millones de dólares. Southern Energy prevé despachar 2,45 millones de toneladas anuales de GNL desde 2027 y sumar otros 3,5 millones en 2028. En paralelo, YPF avanza con ENI y ADNOC en un proyecto de mayor escala, previsto para 2029–2030, cuya ingeniería se aceleró tras la salida de Shell. Ambos programas requieren grandes volúmenes de acero, logística portuaria ampliada y nuevos frentes de obra en la costa rionegrina.