En perspectiva, el litio se vio como una buena apuesta, pero dejaba que desear la inteligencia artificial, a la que le cuesta arrancar en este país ¿bendecido? por sus riquezas naturales y recursos primarios.
El futuro no se puede predecir, pero muchos autores afirman que se crea primero en el plano declarativo y luego con acciones alineadas a una visión poderosa. Esta premisa vale para personas, empresas y naciones. Argentina, al cierre de 2024, es un ejemplo de ello. Si viajáramos al pasado tan lejos como noviembre de 2023, nadie habría imaginado que la inflación mensual de noviembre 2024 rondaría el 2,4 por ciento, que descendería el riesgo país o que de a poco volverían a estar disponibles instrumentos como los créditos hipotecarios a largo plazo.
Argentina demostró ser un lugar donde todo puede suceder, incluso un “milagro económico”. En la alocución que ofreció recientemente a propósito de su primer año de gobierno, el presidente Javier Milei sentenció: “la recesión terminó y el país finalmente ha comenzado a crecer (…) Esto no quiere decir que hayamos llegado a puerto, pero sí quiere decir que podemos terminar el año con alivio y que hemos dejado atrás lo peor y arrancar el año entrante con la certeza de que el futuro será cada vez mejor”. Luego enfatizó: “Hace un año nos encontrábamos entre los peores 35 países del mundo en el ranking de libertad económica, hoy ya nos encontramos en la mitad superior de la tabla y no vamos a parar hasta convertirnos en el país más libre del mundo. Por eso nuestro objetivo es hacer 3200 reformas estructurales más antes de terminar nuestro mandato”.
Sin embargo, construir el futuro no está exento de obstáculos. A veces surgen eventos improbables, que poca gente ve venir y que cuando se materializan tienen un gran impacto -”cisnes negros”, según Nassim Taleb-, trastocan el orden establecido y obligan a replantear certezas. Para muchos, la llegada de Milei al poder fue un cisne negro, uno que sacudió creencias y planteó interrogantes sobre cuan rápido podría la viene de Argentina salir de su crisis estructural y la sostenibilidad del nuevo rumbo, en un país con históricas alternancias de modelos políticos sin un proyecto nacional de largo plazo.
Aunque la vida social, económica y cultural pueda encontrarse en el ámbito de los cisnes negros, sí podemos imaginar futuros posibles para Argentina, basados en tendencias y señales del presente. La invitación es pensar, por ejemplo, cómo se perfilará hacia 2035, explorando de qué forma la generación y exportación de tecnologías emergentes y recursos estratégicos podría impulsar su desarrollo económico y energético.
Situación actual en materia de competitividad. El último informe del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina señala que “la productividad y los avances en materia de innovación se encuentran afectados por el ‘costo argentino’. Puertas afuera de las fábricas, Argentina acumula pasivos que impactan negativamente sobre la competitividad de las cadenas de valor (déficits en infraestructura, energía, conectividad y logística, presión tributaria, bajo financiamiento, aumento de costos en dólares, entre otros). Todos desafíos que el gobierno de Milei se propone solucionar, pero que dependen de muchos factores”.
Perspectivas en materia de Oil & Gas. Un documento del Banco Central de la República Argentina proyecta, para el periodo 2024-2030, un gran desempeño en exportaciones de petróleo crudo de origen no convencional. Se asume que la nueva infraestructura de transporte (gasoductos y oleoductos) permitirá sustituir importaciones y ampliar la capacidad de exportación. Según sus estimaciones, las exportaciones totales de combustibles podrían pasar de 10.400 millones de dólares en 2024 a 36.700 millones en 2030.
Litio ¿una ventaja estratégica de cara a 2035? El carbonato de litio es un recurso cuya explotación creció en el país. Daniel Dreizzen, director de Aleph Energy, explica: “Argentina tiene la ventaja de que producir litio es muy económico. Es más fácil extraerlo acá que en otros lugares y por la tecnología que se usa es de los litios más económicos del mundo, además la concentración de los salares de Argentina es muy buena”.
Fuente: Perfil
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