
El primer año del Gobierno de Javier Milei resultó el más negativo para la industria de los últimos años, incluyendo la pandemia. Y es que mientas que durante 2020 el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI, que existe desde 2016) del Indec marcaba una baja del 7,6%, el último año arrojó una caída del 9,4%. De hecho, sólo un sector industrial creció en 2024, mientras que los otros quince experimentaron descensos con una magnitud, en la mitad de ellos, cercana al 18% anual.
El último IPI del Indec detalló que de los 16 sectores relevados, siete experimentaron un descenso de entre el 17% y 24% en 2024, otros tres cayeron entre 12% y 13% y cinco más tuvieron caídas, aunque de un solo dígito. Así, Refinación de petróleo y otros fue el único que tuvo un saldo positivo, aunque con solo un 2% de crecimiento.
Como consecuencia más directa, la industria había perdido 26.800 trabajadores industriales, el 2,3% del total, hasta octubre del año pasado, según el último Informe de Indicadores Laborales de la Industria del Centro de Estudios de la UIA (CEU).
El último reporte de "Situación económica y perspectivas" de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) dio cuenta de un "desplome del PBI manufacturero" por la combinación de apreciación cambiaria, apertura importadora, y desindustrialización, con el agravante de que los niveles de productividad en 2024 fue "un 14,5% inferiores al registrado en el año 1998, y que el tipo de cambio real a principios de 2025 ya está un 3,5% por debajo del nivel de aquel año".
De cara al futuro, el horizonte resulta no menos complejo. Según el último Informe de Actualidad Industrial del CEU, "comenzaron a observarse ciertas mejoras en sectores de la industria durante el cuarto trimestre", pero "el sector industrial enfrenta un panorama desafiante, marcado por la competencia frente a la importación de bienes terminados y las dificultades de competitividad de la economía argentina".
Más contundente, desde FIDE señalaron que las perspectivas de mayor apreciación a futuro por la baja del crawling peg y de apertura comercial "implican un riesgo cierto de profundización del proceso de penetración importadora, es decir de sustitución de producción doméstica por importaciones, situación que se viene observando especialmente desde la segunda mitad del 2024", añadiendo que "la apreciación cambiaria abarata el costo de las importaciones de bienes de capital e insumos pero reduce el costo de bienes finales importados que compiten directamente con la producción nacional".
Y detallaron que este dólar retrasado encarece los costos de producción internos, pues "el costo en dólares de la energía eléctrica por aumentos tarifarios creció un 239% entre diciembre de 2023 y mismo mes de 2024 y el costo laboral en dólares un 54% entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024", por lo que el trabajo concluyó que el salario crece como costo afectando la competitividad para exportaciones, pero pierde en términos de su capacidad de compra local, sin dinamizar de la demanda interna
Fuente: BAE
918 lecturas | Ver más notas de la sección Noticias Destacadas