La bandera del YPF en el edificio del NYSE, en Wall Street, el año pasado cuando la petrolera cumplió 30 años de cotizar en ese Ãndice bursátil
El debate judicial en las cortes de EEUU en las que se dirime el juicio contra Argentina por haber expropiado de manera incorrecta YPF, cuando Cristina Kirchner era presidenta, en 2012, tiene muchos capÃtulos “técnicos†y de naturaleza netamente procesal, pero no por eso menos interesantes.
Antes que nada, hay que recordar que el Estado local fue condenado el año pasado por la jueza Loretta Preska por mala praxis expropiatoria. Por eso deberá pagar USD 16.000 millones, cifra a la que le corren intereses que pronto sumarán casi otros USD 1.000 millones. Es una cifra de pago imposible para el paÃs, y mucho menos en este contexto. Ese fallo de primera instancia fue apelado y se analiza en una Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York.
Mientras tanto, la causa sigue en el estrado de Preska y Burford Capital, el bufete de abogados que compró los derechos a litigar en este caso y es el principal beneficiario de la condena, quiere cobrar a toda costa. O al menos negociar, algo que no logró por el momento con ninguno de los cuatro presidente que gobernaron el paÃs durante la demanda: Cristina, Mauricio Macri, Alberto Fernández, y ahora Milei.
Con ese objetivo, Burford –al que por su accionar muchos comparan con un “fondo buitreâ€â€“ interpone acciones contra Argentina para, por ejemplo, intentar embargar bienes de Estado en el extranjero; para demostrar que YPF y el gobierno argentino “son lo mismo†–que son “alter ego†entre ellos, en términos más técnicos–; para volver a incluir a la empresa en causa a YPF (la empresa fue exculpada por Preska); o, directamente, para intentar cobrar la deuda exigiendo el traspaso del 51% de las acciones que el Estado tiene en la petrolera. Todo eso genera un alto y constante tráfico procesal de pedidos y respuestas de ambas partes en la corte de Preska.
La jueza de Nueva York Loretta Preska
En ese contexto, hoy Argentina le envió una carta a la jueza intentando usar a su favor un reciente fallo adverso contra el paÃs en una vieja causa de fondos –hold outs– que nunca entraron a los canjes de la deuda privada que generó el default de 2001.
La semana pasada la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York rechazó una apelación de Argentina en el caso Attestor Master y confirmó el fallo de primera instancia que autorizó el embargo de activos soberanos por un monto de USD 420 millones. Estos activos corresponden a bonos del Tesoro de Estados Unidos que Argentina habÃa utilizado como colateral para los bonos Brady de fines de los 80.
“Afirmamos las órdenes de embargo del tribunal de distrito porque los intereses revertidos de Argentina no están protegidos por la Ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras. Argentina utilizó esos intereses en actividades comerciales en los Estados Unidos, lo que los hace susceptibles de embargo. Y el argumento de Argentina de que sus activos embargados no pueden ser entregados según la ley de Nueva York carece de fundamento, por lo que también afirmamos la orden de entrega. Finalmente, las razones para mantener este caso bajo secreto ya no son convincentes, por lo que ordenamos a las partes que vuelvan a presentar sus escritos y apéndices dentro de los próximos treinta dÃas con reducciones limitadas que cumplan con las órdenes de esta Corteâ€, dijo la corte de Apelaciones.
El Foreign Sovereign Immunities Act de la ley americana solo permite ejecutar “bienes en EEUU de un estado extranjero usados para una actividad comercial en EEUUâ€
Esos bonos del Tesoro, que se usaron como colateral de tÃtulos ya vencidos, estarÃan en el BCRA y ahora en la mira de los fondos que quieren cobrar. Hay que ver qué postura toma el Estado local, pero las chances de que el BCRA los entregue (si no los vendió y aún los tiene) parecen muy bajas.
Fuente: Infobae
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