De pronto el auditorio que colmaba el gran salón del Sheraton se puso a aplaudir. Minutos antes Luis Pérez Companc, uno de los empresarios más poderosos del país y parte de una dinastía que nació en el negocio de los servicios petroleros, recordó a su padre, Gregorio o Goyo, como lo llamaban todos y se quebró.
Fue cuando explicó los motivos por los que decidió junto a sus hermanas Rosario y Pilar comprar la parte a sus otros cuatro hermanos y seguir adelante con el legado de su padre.
"El partió este año. Decidimos continuar con el legado de nuestro padre, reafirmando el amor que tenemos por Argentina y buscando que cada una de nuestras compañías crezcan y aporten su granito de arena". Y explicó que con sus hermanas tomaron el control de Molinos, Molinos agro y Pecom, que concentra inversiones en energía.
De esta manera anunció que ya arrancaron los trabajos en lo que refleja el regreso del grupo al negocio petrolero del que se retiró en 2002 cuando vendió sus activos a Petrobras.
Ahora le compró campos maduros a YPF "en los que hay que seguir invirtiendo mucha tecnología. Este año volvemos a operar en Chubut, tenemos que eficientizarlos, agregarles tecnología pero estamos convencidos de que el factor diferencial es que tenemos el equipo y el capital humano para desarrollarlos y que eso impacte positivamente en las comunidades".
Pérez Companc que con Molinos lidera en consumo masivo y con Molinos Agro en la exportaciones de granos y aceites y entre todas sus controladas emplea a 12.000 personas, compartió panel con Ignacio Bartolomé, del Grupo Don Mario, responsable del 50% de la genética de soja que se vende en el mundo y con Hernán Kazah, cofundador de Mercado Libre y del fondo de inversión en tecnológicas más importante de América Latina.
¿Qué hace falta para invertir?, disparó Verónica Chejas, socia de IDEA y de la firma de Relaciones Públicas, Urban.
Fuente: Clarín
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