El mapa de Vaca Muerta se divide de forma vertical en dos partes. Hacia el este están los yacimientos que tienen mayor producción de petróleo, y hacia el lado de la cordillera, los más intensivos en gas. En los últimos meses, la zona donde hay mayoría de petróleo acaparó gran parte de las inversiones anunciadas, mientras que el gas quedó relegado por la falta de demanda.
Para que la actividad en la extracción de gas vuelva a reactivarse -como lo había hecho con el incentivo fiscal de la resolución 46 que dictó el Gobierno-, las compañías deben asegurarse de que haya un mercado a quien vender el hidrocarburo, ya que, a diferencia del petróleo, el gas no se puede almacenar (es tan caro que no es comercialmente viable). Al respecto, Christopher Spaulding, director de finanzas de Pan American Energy Group (PAEG), cree que el desafío que tiene la Argentina es mirar más allá de la integración regional con Chile, Uruguay y Brasil. "La verdadera oportunidad para que Vaca Muerta sea una realidad está en el mercado de gas natural licuado (GNL)".
Para ello, coinciden en la industria y en el Gobierno, es necesario construir una planta de licuefacción del gas, que cuesta no menos de US$4000 millones y toma entre tres y cuatro años para que esté en funcionamiento. "Hay proyectos que se están analizando sobre la costa argentina, en Bahía Blanca, y hay otros que se miran en Chile. Hay que ver cuál es la mejor manera de monetizarlos. Pero son desafíos buenos, de los que uno quiere tener", dijo el ejecutivo estadounidense, que vive en Buenos Aires y está casado con una argentina. Spaulding estuvo en la conferencia de energía e hidrocarburos que organiza cada año el Institute of the Americas. En el encuentro que se realizó la semana pasada en San Diego, en California, expuso en un panel sobre las oportunidades y los desafíos que tiene el país en este sector estratégico, antes de ser entrevistado por LA NACIÓN y el diario La Mañana de Neuquén.
-¿Cuál es la perspectiva que ve para el desarrollo de Vaca Muerta en el mediano plazo?
-Para mí, se necesita un poco más de infraestructura y tenemos que apuntar a satisfacer toda la demanda interna. El país dejará de importar gas licuado (GNL) y el gas de Bolivia. Esto básicamente cambiará la Argentina de una manera muy positiva, en términos de abastecer el mercado doméstico. Después hay que mirar las posibilidades de exportar al mercado regional, a Chile, Uruguay, Brasil, ya sea gas o generando electricidad con gas argentino. Estas son cosas muy posibles y muy interesantes. Son tiempos muy prometedores. Pero más allá veo a la Argentina entrando en el mercado global de GNL, que aumentará la importancia de la industria argentina de gas y de petróleo en el mundo. La competencia en el negocio del GNL es muy feroz, por eso será un desafío muy importante.
-¿La opción más viable es salir por el Antártico, a través del Puerto de Bahía Blanca, o hacer nueva infraestructura y conseguir una salida al exterior por el Pacífico?
-No lo tengo definido. El precio del GNL en Oriente es más alto que el precio entregado en Europa, pero para transportarlo necesitamos más infraestructura, ya que hay que cruzar las montañas y esto hace que sea más costoso que exportarlo por el Atlántico. Por otro lado, mientras el precio del gas entregado en Europa es menor, los costos también son menores. La industria está trabajando juntamente con los entes reguladores, creo que esto se puede solucionar. -Pareciera que en momentos complicados igual Vaca Muerta logró mantener cierto ritmo de actividad, bajando los costos.
¿Alineando factores internos esto se podría lograr más fácilmente?
-Yo veo la actividad de una manera muy positiva. Los recursos que el país tiene con Vaca Muerta son world class [de clase mundial]. Es muy difícil de sobreestimar. Hay cosas que vamos a necesitar, como un marco regulatorio para el GNL, pero el Gobierno ya está mirando todo esto. Soy muy positivo.
-¿A qué se refiere con eso?
-Por ejemplo, a que si hay contratos de GNL, eso requiere que equis cantidades de reservas de gas estén dedicadas a ese contrato.
-¿Es decir que se otorguen contratos en firme en lugar de interrumpibles?
-Eso es una posibilidad.
-¿Es una condición necesaria para invertir en la planta de licuefacción?
-No es una condición necesaria, sino que ayudaría. Hay varias maneras de solucionar estas cosas. Cuál será la solución exacta, no lo sé. Estos son buenos problemas para tener, estos son los problemas que uno quiere tener. En vez de cortar el suministro de gas porque falta, estamos pensando cómo podemos aumentarlo para el país, la región y el resto del mundo.
-Hace tiempo se está hablando de la necesidad de tener una planta de licuefacción, pero todavía no hay nada concreto...
-Estos proyectos no son fáciles.
-¿Cuánto influye la elección presidencial en las inversiones?
-No me meto en la política. Soy una persona que mira las posibilidades económicas y qué será rentable y beneficioso para la industria y el país.
-¿Cuál es el nivel de equilibrio necesario en la explotación de gas para poder exportar GNL?
-Vamos a tener que ser competitivos en el mundo. El precio puede subir o bajar, pero tenemos que ser competitivos. El precio exacto no lo puedo decir porque es algo que cambia. (...)
Fuente: La Nación
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