A diferencia de la mayoría de los empresarios presentes en el Coloquio IDEA de este año, que muestran caras largas y preocupación por la crisis económica, Gastón Remy transmite el optimismo de una compañía en plena expansión. CEO de Vista Oil & Gas Argentina, la compañía creada por Miguel Galuccio hace poco más de un año, el empresario favorito de Macri por su desempeño en la multinacional Dow accedió a conversar con LPO y anticipó que buscarán triplicar su producción de petróleo a partir del desempeño de su yacimiento estrella en Vaca Muerta Bajada del Palo. Galuccio suma como CEO de su operación argentina al empresario favorito de Macri 

La confirmación de que Vaca Muerta es la plataforma de crecimiento y desarrollo económico mas importante del país ya empieza a tener una fuerza tal que trasciende las vicisitudes y los altos y bajos de la macro Argentina por mas fuerte que haya sido lo que paso en los últimos meses, que realmente fueron cimbronazos importantes. Eso habla de la solidez y la potencialidad de Vaca Muerta. Claro que tampoco nos tenemos que confiar. Hay un montón de cuestiones a mejorar y resolver como el capital humano, infraestructura, marcos regulatorios, para que dentro de unos años en otro coloquio de IDEA dejemos de hablar del potencial de Vaca Muerta y que se haya convertido finalmente en una realidad. 

En sólo seis meses de vida -con un management de clase mundial al mando de Miguel Galuccio-, estamos acelerando muchísimo la inversión con un plan muy ambicioso. Tenemos un interés muy grande en las operaciones de crudo convencional, pero fundamentalmente el foco esta puesto en el crecimiento de Bajada del Palo y todo nuestro potencial no convencional. A fin de año ya vamos a estar conectando el primer "Pad" de pozos de este yacimiento y en los próximos 3 o 4 años vamos a estar realizando una inversión de más de 2.000 millones de dólares. 

De los 25.000 barriles diarios de producción que tenemos hoy en día, estamos apuntando a 75.000 barriles para los próximos 4 o 5 años. Y la idea es que gran parte de eso sea destinado a la exportación con todo lo que significa para el país en materia de generación de divisas. ¿Están las condiciones para exportar en este contexto de tantos cambios en los contratos del sector energético en particular y en las reglas de juego de la economía en general como lo demostraron las nuevas retenciones? Hay que entender que hay una transición muy grande y en algunos casos traumática en el camino hacia una economía de libre mercado en la plataforma energética. Pero creemos que es fundamental darle previsibilidad y un horizonte claro a esa transición para que en algún momento se converja a precios y reglas de juego internacionales. Sobre todo porque estamos hablando de un producto como el crudo que tiene un precio internacional y donde Argentina puede convertirse en un jugador clave. 

Vemos muchos cuellos de botella del lado de la infraestructura, de ir construyendo capacidades de procesamiento, de transporte y de evacuación en puerto, incluido almacenamiento. El desafió  es enorme pero se puede convertir en generación de empleo, inversiones y la gran oportunidad para generar divisas que es la gran dificultad para la economía argentina. ¿Coincide con las estimaciones de Iguacel de poder igualar al campo en materia de generación de dólares? Cuando uno analiza a Vaca Muerta ve un potencial en toda la cadena de valor. En la industria metalmecánica, en servicios, en química y petroquímica. Sin dudas puede llegar a jugar un rol tan influyente y preponderante como el que juega el campo en argentina hoy en día. El shale arrancó con un costo muy alto que se terminó trasladando a las tarifas para poder solventar su producción. 

La oportunidad de seguir bajando costos está y es latente. Hoy a su vez, la devaluación hace mas competitiva a la industria energética. La discusión creo que no pasa por los costos laborales y salarios, sino por sinergias, eficiencia y el ingreso de nuevas tecnologías. La industria muestra que a pesar de todo lo que mejoramos, todavía estamos un 20% o 30% por arriba de lo que son los costos de producción por barril del shale en los Estados Unidos.