La infraestructura energética representa tanto un desafÃo productivo como una oportunidad para su desarrollo regional. Gas, electricidad y energÃa solar compiten por abastecer los proyectos.
La aceleración de la entrada en operaciones de los proyectos de producción de carbonato de litio en el Noroeste Argentino (NOA) que se espera para lo que resta de la década, conlleva una demanda de recursos humanos, infraestructura vial-ferroviaria y energética que será, para empresas y estados, prioritario atender para evitar un cuello de botella que ralentice esa fuente de desarrollo y exportaciones. En la actualidad, en la región hay cuatro grandes proyectos en producción, una veintena en etapa avanzada y casi 40 con inversiones anunciadas.
Pero en el conjunto de requerimientos, el capÃtulo energético tiene particularidades asociadas a la competitividad de un producto globalmente apreciado para la transición energética, ya sea para el equipamiento de las baterÃas de los vehÃculos eléctricos como para los sets de almacenamiento de los generadores renovables.
En esa búsqueda de competitividad, el acceso a la energÃa es un factor principal teniendo en cuenta que se prevé un crecimiento significativo de la demanda en el NOA, de alrededor de 400.000 megavatios-hora por año actuales a alrededor de cuatro veces esa cifra en 2030, aún si solo se consideran los proyectos de minerÃa que se encuentran actualmente en producción y en construcción.
La cuestión es uno de los temas centrales de la Mesa del Litio que integran las provincias dueñas del recurso y las empresas privadas, las que el año pasado venÃan reclamando las condiciones normativas y económicas para la instalación de 2.500 megavatios de fuentes de energÃas renovables para abastecer a la región.
El crecimiento será impulsado no sólo por la minerÃa de litio, sino también por la metalÃfera como el avanzado proyecto de cobre Taca Taca, en la provincia de Salta, cuyos procesos requieren, incluso, un uso más intensivo de la energÃa que el asociado con la extracción de litio. En este último segmento, los métodos de extracción directa exigirán un mayor uso de energÃa, en comparación con proyectos que aplican métodos de absorción.(...)
Fuente: ClarÃn
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