La promesa de quien lidera la principal petrolera del país podría honrarse cuando el petróleo en Argentina cueste lo mismo que en el mercado internacional, algo que anhelan las productoras y propicia el discutido Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) que debate el Congreso Nacional.
El precio del petróleo es el principal componente del valor de los combustibles y, aunque desde el punto de vista formal es libre, está condicionado por la política energética de cada gobierno.
A pesar de sucesivos ajustes, en el país el barril aún es alrededor de 10 dólares más barato que en el mundo. Mientras esa brecha se sigue cerrando, hay margen para que las naftas sigan aumentando porque se encarece el petróleo y otros componentes como los impuestos o el margen de las refinadoras.
Pero cuando los precios estén "alineados", como aspiran las empresas y habilita la legislación generada por el gobierno de Javier Milei, "si un mes bajan afuera, al otro bajarán acá", aseguró Marín.
Esa eventual conexión directa sería una rareza. Aun con otros sistemas de precios que en teoría ligaban las remarcaciones locales a los vaivenes del mercado mundial, los surtidores locales registran las subas pero nunca las bajas.
"Nosotros acabamos de bajar el gasoil", ejemplificó el directivo, cuyo ADN profesional fue moldeado en Tecpetrol, la energética del grupo Techint. La demanda de combustibles está subiendo, lo que sugiere que los consumidores ya absorbieron los aumentos postdevaluación de diciembre.
El RIGI está previsto en uno de los capítulos de la Ley Bases. Se trata de un régimen por 30 años de incentivos fiscales y cambiarios previstos para proyectos que demanden grandes volúmenes de inversión, como los que permitirían al país transformarse en un gran exportador de gas natural licuado, para lo cual se necesita construir gasoductos y plantas de licuefacción para poder comprimirlo.
YPF es la empresa que tiene una iniciativa más consolidada en ese sentido, en sociedad con la malaya Petronas. Y sostiene conversaciones con firmas locales, otras de India, Asia y Europa, con el doble propósito de asegurarse compradores del gas licuado y socios inversores, ya que los emprendimientos para licuar gas son infinanciables por una sola empresa local.
El GNL (gas natural licuado) es una de las patas del programa de YPF, denominado "4 por 4", para cuadriplicar el valor de la compañía en cuatro años, focalizando los esfuerzos en lo que es más rentable, empezando por Vaca Muerta.
Por eso la empresa se está desprendiendo de campos convencionales maduros y, según proyecta Marín, venderá la distribuidora gasífera Metrogas, YPF Brasil, YPF Bolivia, YPF Chile y Refinor e YTech se centrará solo en los emprendimientos ligados a la energía.
Quedarán dentro otras joyas como YPF Luz, asociada a la provisión de electricidad verde, y la productora de fertilizantes Profértil, que es muy rentable. "Energía para la comida" es el slogan que ensaya el platense Marín para fundar esta decisión.
El RIGI es para cualquier sector de la economía. Pero en la actual coyuntura resulta una herramienta ajustada a hidrocarburos y minería, con emprendimientos en carpeta que requieren grandes desembolsos de capital.