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Un modelo de camión Hyundai a hidrógeno El aire y el agua son los dos elementos más abundantes de la naturaleza, incluso más que el sol y el viento, porque estos son intermitentes y los primeros están disponibles de manera permanente. Y si bien no hay modo alguno de hacer funcionar el motor de un vehÃculo con aire o agua, esto sà es posible hacerlo si se separa la molécula de este último elemento y se aÃslan los dos átomos de hidrógeno que se encuentran junto a uno de oxÃgeno en su fórmula H2O.
Es por esta razón que desde muchos años la investigación sobre el uso del hidrógeno como combustible para hacer funcionar motores térmicos haya sido considerada como una excelente alternativa no contaminante, que llevó a numerosos cientÃficos de todo el mundo a dedicar especial atención a su utilización. El problema más grande que se encontraron fue siempre el mismo, la baja densidad del hidrógeno, lo que obliga a almacenarlo a muy alta presión, cercana a los 700 bar. Sin embargo, con la revolución eléctrica que vive la industria automotriz mundial, un nuevo uso ha comenzado a ganar terreno, y es el de utilizarlo para producir electricidad a través de un proceso quÃmico llamado electrólisis inversa.
Es el conocido sistema que se denomina pila de combustible de hidrógeno o Fuel Cell, que ha sido adoptado por Toyota para el modelo Mirai, por BMW para la iX5 Hydrogen y por Hyundai para el SUV Nexo y los camiones Xient Fuel Cell entre otros proyectos que llevan adelante Stellantis y Renault en conjunto con empresas especialistas en hidrógeno. La imagen permite visualizar las "entrañas" de un vehÃculo a hidrógeno Estos últimos, los camiones de carga parecieran ser el tipo de vehÃculo predilecto para el uso del hidrógeno y no de la electricidad como promueve Tesla por ejemplo, ya que el tiempo de recarga es similar al del combustible actual mientras que la electricidad demanda mucho más tiempo o potencias tan altas que su costo serÃa altÃsimo.
Fuente: Infobae
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