Shalennial. Si fuera una palabra para buscar en el diccionario, su definición podría ser: «profesional joven, perteneciente a la generación millennial, que, por una contemporaneidad, se insertó en la industria petrolera en plena expansión de los hidrocarburos no convencionales».
Términos más, términos menos, sería la acepción más precisa de lo que significa el término, ya acuñado entre los ejecutivos del sector. Para ilustrarla –al menos, en una edición argentina de ese diccionario imaginario–, la definición podría ir acompañada de un retrato que sería bastante similar al de Matías Weissel. Ingeniero industrial (ITBA), de 35 años, es el gerente de Operaciones de Vista Oil & Gas, la petrolera que fundó el exCEO de YPF Miguel Galuccio. En abril de 2018, Vista lo reclutó de la empresa de mayoría estatal, donde Weissel trabajó durante cerca de nueve años, tras una pasantía de verano en la química SC Johnson Weissel. Ingeniero industrial (ITBA), de 35 años, gerente de Operaciones de Vista Oil & Gas
Él, no obstante, se considera parte de quienes marcan «un punto de inflexión», dice. Por eso, eligió hacer carrera en la industria petrolera cuando la inmensa mayoría de sus compañeros de la facultad probaron suerte en el ecosistema de las startups y los fondos de inversión. «El mundo, definitivamente, necesitará energía», asegura Weissel. «Pero también será mucho más exigente en la licencia social para obtenerla», plantea. Por eso, lanza una advertencia: «Para su full development, tiene una ventana de oportunidad que no va más allá de los próximos 20 años».
¿Por qué?
—Vaca Muerta es recursos y reservas de petróleo y gas. Algo no renovable. La realidad es que, si uno mira las proyecciones de la demanda mundial de petróleo en las próximas dos décadas, al menos, se mantendrá. Incluso subirá, te diría. Con lo cual, no veo un escenario de reemplazo total por energías renovables (eólica, mareomotriz, solar) en ese lapso. Ahí está, entonces, la oportunidad de Vaca Muerta. Ahora bien… Lo que llaman «guerra de precios» entre Arabia Saudita y Rusia es una discusión por energía barata. Por una situación coyuntural de oferta y demanda, alguien que tiene la capacidad de producir energía más barata con una decisión puntual deja completamente fuera de juego a gran parte, al 80% de las inversiones del shale americano. Esto, que pasó en Oil & Gas, puede suceder también con cualquier ruptura de paradigma mucho más eco-friendly. Ahí es hacia donde va el mundo. Por eso digo que lo que sucedió entre Arabia y Rusia es una guerra de precios sobre la base de quién tiene la posibilidad –por sus recursos, por su menor costo de desarrollo– de producir energía barata. Pero cuando se habla de renovables, si bien hubo un recorrido enorme en los últimos 10 años, todavía sigue siendo difícil un deployment a full escala por un tema de costos marginales. Y por uno tecnológico, de almacenamiento. Se esperaba que, para esta altura, 2020, hubiera un avance que aún no es tal. Obviamente, hay lugares en el mundo donde eso es mucho más presente y magnificado. Pero el otro tema es el acceso al capital. Las reglas de juego no tangibles cambiaron muchísimo no en los últimos 10 años, sino en el último año y medio. La primera prioridad de las nuevas generaciones es cuán amigables son con el medio ambiente. Pero, también, exigen todo lo que es life-balance.
¿Por qué?
—La conciencia social, muy empujada por las nuevas generaciones, de centennial para abajo. Greta Thunberg no es un perro verde. Definitivamente, hay una generación que empuja y reclama esto. Y puntas de lanza de esta generación ya están entrando en las universidades, en las maestrías, en las empresas, en las tomas de decisiones. Voy a los fondos de inversión: de los IPO del último año y medio en Nueva York, los de Oil & Gas fueron muy bajos. Nosotros (Vista) fuimos una excepción, el único.
¿Cómo afecta eso a Vaca Muerta?
—Por varios factores (access capital, licencia social, discusión de energía barata), Vaca Muerta tiene una ventana que no va más allá de dos décadas para full development. Si pensamos a mucho más largo plazo, el acceso al capital no va a estar y, definitivamente, va a haber rupturas de paradigmas en cuanto a otro tipo de energías, que van a invadir la sociedad. Por un lado, sos un alto ejecutivo de una petrolera que tiene un play en Vaca Muerta. Pero también sos alguien muy joven.
Generacionalmente, ¿vivís esa discusión?
—Sí, surge. Mi camada, particularmente, es el punto de inflexión. Soy millennial pero no tan cercano a los centennials. Sin embargo, de mi promoción de la universidad, pocos fueron al Oil & Gas. La mayoría se fue a startups, con muchos golpes y pocos aciertos. Otros, al mundo de la banca de inversión. Pero las generaciones que me siguen tienen lo ambiental como prioridad número uno. Es buenísimo que así sea. Al fin y al cabo, empujan a toda la cadena. Y serán los líderes del futuro. Sí, es muy bueno. Pero, por otro lado, el mundo necesita energía(...)
Fuente: Econojournal
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