Argentina se apresta a renegociar el Contrato de Abastecimiento de Gas con Bolivia, pero est谩 corta de tiempo y de ideas. A fin de mes vence la adenda 4 firmada en febrero de 2019. Las pocas declaraciones de los funcionarios de la secretar铆a de Energ铆a son confusas y trasuntan la idea de reducir vol煤menes de compra. Los actuales funcionarios han declarado que Bolivia ya no tiene gas para cumplir el contrato. Sin embargo, los datos oficiales bolivianos desmienten a los funcionarios argentinos: Bolivia posee una reserva comprobada declarada de 10 TCF, y el contrato con Brasil ha finalizado. 

No hay excusas para no cumplir el contrato hasta su vencimiento en 2026. La larga relaci贸n gas铆fera de Argentina con Bolivia se compone de dos per铆odos: el primero desde 1968 hasta los inicios de este siglo; y el segundo desde 2006 hasta el presente. Son tiempos energ茅ticos distintos: el primero de crecimiento y expansi贸n virtuosa, y el segundo de profunda decadencia. El primer contrato muy positivo para ambas naciones: las cantidades contractuales fueron cumplidas, y los precios fueron racionales y mutuamente convenientes. 

En 2006 en cambio se firm贸, en condiciones energ茅ticas muy precarias para Argentina, un nuevo contrato que tuvo un volumen mucho mayor que el primero pero que nunca fue cumplido, y un sistema de precios err谩tico, distorsionado y no conveniente para nuestro pa铆s. El contrato ha tenido m煤ltiples adendas que lo han desnaturalizado (cantidades incumplidas y precios exorbitantes).

Primera etapa: Argentina-Bolivia una relaci贸n gas铆fera fruct铆fera y complementaria.

En 1968 la empresa boliviana YPFB y Gas del Estado firmaron el primer contrato cuyo suministro comenz贸 en 1972. Fue necesario construir el gasoducto Santa Cruz-Yacuiba que se vincul贸 a nuestro Gasoducto del Norte. El contrato tuvo una duraci贸n de 20 a帽os y el volumen de gas suministrado por Bolivia fue inicialmente de 4 millones de m3/d. Sucesivas ampliaciones y extensiones de plazos en el contrato original llevar铆a su volumen anual hasta 6 Millones de m3/d. 

Los precios del gas en frontera fueron convenientes para Argentina ubic谩ndose en torno al 1.00 US$/MMBTU; pero sobre todo fueron compatibles con los precios del mercado interno argentino, y son similares a los que hoy rigen en el mercado interno boliviano. Se trat贸 de una cooperaci贸n virtuosa entre ambas naciones y ampliamente conveniente para las mismas. Segunda etapa: ineficiencia t茅cnica y distorsi贸n de precios y cantidades dudosas. Para Argentina las cosas en materia energ茅tica sufrieron un cambio important铆simo. 

En los primeros a帽os del siglo XXI Argentina lleg贸 a la conclusi贸n que sus inventarios de reservas basados solo en el yacimiento gigante de Loma de La Lata, descubiertas por YPF en la d茅cada del 70 y puestas en producci贸n en los 80, no permit铆an sostener el consumo creciente de gas nacional y el autoabastecimiento energ茅tico. En 2006 el gobierno argentino se encuentra ante un panorama desolador no previsto: las reservas de gas comenzaron a declinar en forma extraordinaria. El pa铆s sin plan energ茅tico desde los 90 reaccion贸 con el corte de las exportaciones de gas a Chile, Uruguay y Brasil y r谩pidamente implement贸 un sistema de importaciones de gas natural de gran escala no previsto hasta el momento. 

El sistema importador se articul贸 sobre la base de un contrato de importaci贸n de gas con Bolivia de mayor escala que la del per铆odo 1972- 2000 y de la importaci贸n de GNL mediante barcos que simult谩neamente cumpl铆an la funci贸n de puerto de recepci贸n, almacenamiento y regasificaci贸n ubicados en Escobar y Bah铆a Blanca. Entre ambos sistemas el abastecimiento de gas importado lleg贸 a cubrir el 25 % de nuestro mercado interno con una erogaci贸n de divisas de una magnitud nunca vista. El contrato con Bolivia firmado en 2006 tiene una duraci贸n de 20 a帽os, vence en 2026 previ贸 una compra de 27,7 millones de m3/d a partir de 2010 con el fin de cubrir el faltante de gas sin el cual Argentina deber铆a haber recurrido a la importaci贸n masiva de gasoil, fuel oil y GNL de mucho mayor costo. (...)