
El trabajo tiene un tÃtulo ambicioso: Ideas para el Plan Estratégico del Gas. Allà se plantean propuestas que YPF deberÃa llevar adelante para lograr el autoabastecimiento del principal insumo energético del paÃs. Las ideas que proponen los técnicos de la petrolera son osadas: inversiones por hasta más de US$ 50.000 millones, comprar Petrobras de Argentina y movilizar atrás de la preocupación estatal a empresas privadas como Total y PAE. El objetivo: reducir las importaciones o, si logran implementar todas las iniciativas con éxito, lograr el autoabastecimiento en 2019. El trabajo –al que accedió ClarÃn– lo recibió Miguel Galuccio, el titular de YPF, a principios de julio. Lo llevó a la Casa Rosada, dicen quienes siguen el tema de cerca, y generó enojo en la Presidenta: habrÃa reclamado que ese no era el escenario que le plantearon cuando decidió estatizar la petrolera.
El diagnóstico de la situación es descarnado. Señala que el paÃs consume 131 millones de metros cúbicos de gas por dÃa, de los cuales 32 millones se importan de Bolivia o por barco. Y los 99 millones que se producen en el paÃs provienen de yacimientos “madurosâ€, con producción en declinación. Aclara, incluso, que todos están en “el último tercio†de su vida productiva. Actualmente, plantea el informe, la Argentina consume el equivalente al total de un yacimiento como Loma La Lata (la estrella gasÃfera de YPF) cada 7 años.
Hoy las importaciones de energÃa suman US$ 13.000 millones anuales. Esa sangrÃa de divisas explica gran parte de las penurias de la economÃa actual: el cepo cambiario, las restricciones a las importaciones, la caÃda de reservas del Banco Central. AsÃ, la crisis energética que el Gobierno negó sistemáticamente la última década hoy pasa su factura. Las propuestas de YPF apuntan a intentar hacer más sustentable esa situación. De hecho, plantea que de seguir asÃ, de los 32 millones de m3 de gas que se importan, se saltarÃa en el 2020 a 51 millones, poniendo más presión a la falta de dólares.
El problema, insiste YPF, es que los campos petroleros están declinando fuerte. “Excepto el Complejo Aries- Carina (operado por Total) y el yacimiento Macueta en Salta (de PAE), todos los yacimientos se encuentran (...) cercanos a su presión de abandono. Esto implica que las productividades por pozo son cada vez menores y que los costos por captación y compresión, cada vez mayoresâ€.
A esto agrega un punto esencial. Argentina lleva años compensando las caÃdas de producción de gas local con importaciones desde Bolivia. Pero allà también los principales campos (San Alberto y Sábayalo), “ya están en etapa de media presiónâ€, dice el informe. AsÃ, plantea que de no mediar nuevos descubrimientos, los bolivianos no podrÃan cumplir con sus compromisos de venta de gas a la Argentina y Brasil en 2015, esto es antes de dos años.
A los valores actuales, el paÃs necesitará US$ 123.000 millones para importar gas de aquà a 2030. A eso, claro, deben sumarse las importaciones de combustibles lÃquidos (fuel oil, gasoil) que se utilizan para reemplazar el gas que no hay disponible para las usinas eléctricas. Para encarar una solución, los técnicos de YPF proponen dos caminos diferentes. Uno es con el esfuerzo de sólo la petrolera estatal; el otro, con el apoyo de otras empresas.
En ambos casos, el desafÃo son las necesarias inversiones de decenas de miles de millones de dólares, cuando la empresa hoy se financia principalmente tomando pesos de pequeños ahorristas o con aportes de las exhaustas arcas del Estado nacional. El primer escenario es con un esfuerzo monumental de parte de YPF. Plantea que en 2019 se podrÃa lograr el autoabastecimiento de gas. Esto es: no serÃa este Gobierno ni el próximo el que recibirÃa ese alivio, pero sà serÃan esas dos administraciones las que tendrÃan que resolver la durÃsima ecuación de cómo financiar las inversiones.
Es que el trabajo de YPF propone incorporar 40 equipos de perforación, 40 de terminación, 20 sets de fractura y 10 unidades d enfriamiento. DeberÃan realizar “más de 360 pozos por añoâ€. El propio estudio determina que el costo de cada pozo es en promedio US$ 10 millones. Allà nomás hay 3.700 millones anuales de desembolsos, estiman. En total, de aquà al 2030, US$ 58.000 millones, más de una vez y media las reservas del Banco Central, o un tercio del total de la recaudación esperada de la AFIP para 2014. ¿Puede YPF financiar esos montos?
Pero, además, encuentran otro problema: YPF no dispone de superficies de campos petroleros suficientes para encarar ese plan. Ante la dificultad de esa propuesta, nace la segunda alternativa, en la que YPF se propone alternativas de asociación: colaborar con PAE y Total y sumar además la compra de Petrobras Argentina. AsÃ, YPF deberÃa concentrarse en trabajar sobre sus pozos más prometedores de gas no convencional y en tratar de mejorar la producción de aquellos que están en declino. TendrÃa que hacer hasta el 2030, 2.800 pozos a un costo de US$ 26.000 millones. Con esto lograrÃa 20 millones de m3 de gas nuevo al final del perÃodo.
Pero el dato más negativo es que recién en 2020 se lograrÃa bajar la importación de gas al nivel de 2010, lo que representa un pobre resultado. Por eso la compañÃa propone trabajar junto a la francesa Total y PAE (de Bulgheroni y empresas chinas) para “acelerar los desarrollos de tight gas y shale gas†en áreas como Aguada Pichana, Aguada San Roque o Lajas. Eso implicarÃa la perforación de otros 2.900 pozos, que se sumarÃan a los 2.800 que harÃa YPF en forma autónoma.
De esta manera, YPF asociada a PAE y Total tendrÃa que hacer una inversión adicional de US$ 25.000 millones, que se suman a los 26.000 millones que la petrolera estatal harÃa por su cuenta. Sumando ambos esfuerzos, en 2020 el paÃs podrÃa volver a las importaciones de gas que hacÃa en 2007, cuando ya terminaba el primer gobierno kirchnerista. Para potenciar este escenario, los técnicos de YPF proponen otra medida más: comprar los activos de Petrobras EnergÃa, concretamente la parte de los campos petroleros de la compañÃa estatal brasileña.
Cabe recordar que ésta está intentando desinvertir en la Argentina, que negoció con el empresario K Cristóbal López, y que éste anunció que estaba a punto de quedarse con esa compañÃa por un monto cercano a los US$ 1.000 millones. Hace poco más de dos meses, los brasileños dieron por caÃda esa negociación. Con esta compra, dicen en YPF, sumarÃan nuevos campos de gas convencional y no convencional, además de mejorar su producción de petróleo.
“Es nuestra recomendación la compra de Petrobras reestructurando los activos. YPF se queda con los activos petroleros de Cuenca Neuquina (Medanito, Puesto Hernández y Jagüel de los Machos) dejando los activos gasÃferos en la empresa residualâ€. ¿Qué harÃan con esa empresa residual? La sumarÃan a los activos gasÃferos de YPF para conformar una nueva compañÃa, a la que llaman YPF Gas. Aquà vuelve a aparecer el Estado, poniendo el dinero necesario para financiar a la nueva compañÃa a través de un fideicomiso.
En tanto, en su enfática recomendación por la compra de Petrobras, los técnicos de YPF señalan que asà tendrÃan acceso nuevamente a la Cuenca Austral, en la que la empresa hoy no está presente. Y que “en cuenca Austral el socio es CGC que fue recientemente adquirido por el grupo Eurnekián y por contactos ya establecidos están decididos a acompañar a YPF en un plan agresivo de inversionesâ€.
En total, sumando las inversiones que harÃa YPF, más las de PAE y Total, y las de Petrobras, para el 2030 deberÃan desembolsarse 61.600 millones de dólares, el doble de las reservas que hoy tiene el Banco Central. Con eso, prometen que para 2018/2019 se lograrÃa el autoabastecimiento de gas. Para que todo eso sea posible, reclaman: vÃa libre para importar insumos (lo que representa más demanda de divisas y tironeos con Guillermo Moreno), rebajas arancelarias y flexibilización de requisitos para pagar las compras externas.
Además, un precio para el gas de entre 7,5 y 8,5 dólares por millón de BTU: en noviembre pasado la Presidenta reconoció un fuerte aumento del precio para el gas nuevo, aquel que se sumara a la producción actual: fue de 7,5 dólares, lo que representa entre el doble y el triple de lo que hoy cobran la mayor parte de las petroleras por su producción. YPF está reclamando un nuevo ajuste sobre ese precio para hacer viable su proyecto.
Sin acuerdo por la expropiación a Repsol, a YPF le será complejo acceder a esos niveles de inversión. Sugiere que sea el Estado el que aporte a sus fondos fiduciarios cuando el fisco entró en un perÃodo de déficit fiscal que lo deja con pocas chances para prestar fondos a terceros. Además, deberán convencer a PAE y Total que se sumen al emprendimiento. Y que Brasil acepte venderle sus campos petroleros. Todo para que no el próximo Gobierno, sino el que lo siga, pueda reducir la abultada cuenta del déficit energético. Un plan con demasiadas dudas abiertas.
Fuente: ClarÃn
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