
Según la consultora EconomÃa & EnergÃa, el Outlook 2025 de BP refleja una electrificación más lenta en los paÃses desarrollados, un mayor dinamismo industrial en Asia emergente, donde el gas natural sigue sustituyendo al carbón ; y un contexto global con una regulación más flexible en términos de mitigación del cambio climático por parte de EEUU y un mayor énfasis en seguridad energética .
Petróleo y gas
En este marco, el crudo tiene una revisión al alza del 10% para el 2050 y la demanda de gas sube un 2% en relación a los pronósticos del 2024 . En petróleo, la demanda alcanzarÃa un pico en 2030 y un descenso gradual a partir de 2035 a un ritmo de -0,8% anual.
“Esta revisión al alza indica una demanda estructuralmente más persistente que la prevista el año pasado, la cual es atribuida a una caÃda más lenta de la demanda en economÃas desarrolladas ; un crecimiento más firme en India y el Sudeste Asiático; y un crecimiento sostenido del sector petroquÃmico, que se convertirÃa en el componente más resistente de la demanda globalâ€, explican.
En tanto, la IEA estima un incremento en torno al 13% entre 2024 y 2050 en la demanda de crudo , con los paÃses no pertenecientes a la OPEP+ aportando un crecimiento cercano a 4 Mbbl/d, impulsado principalmente por Estados Unidos, Canadá, Guyana, Brasil y Argentina.
En cuanto al gas natural, el comercio global de GNL crecerÃa en un 74% hasta mediados del presente siglo y un 60% hasta el 2035 , con una caÃda de la demanda más tarde de lo pensada a partir del conflicto bélico en Ucrania, que condujo a Europa a competir con Asia por la seguridad de abastecimiento de GNL.
El panorama del GNL
“Este contexto, ofrece a la Argentina la oportunidad de desarrollar una plataforma de exportación de GNL destinada al abastecimiento del mercado mundial. Argentina es el único paÃs de la región con un incremento significativo en la producción de gas natural a lo largo de la próxima década según IEAâ€.
No es casual que hasta la cumbre climática de la COP celebrada en Belém tuvo un comunicado final en el que no se incluye la eliminación de los combustibles lÃquidos de la matriz energética mundial, asà como omite menciones al metano y a la descarbonización del upstream, permitiendo seguir posicionando al gas natural como el “combustible de la transiciónâ€.
Fuente: La Mañana de Neuquén
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