González: Es un proceso complejo que lleva más de 20 años. Arranca con la decisión que toma (José) Estenssoro en el año 95 cuando YPF estaba en un proceso de privatización con la adquisición de Maxus, que es una petrolera norteamericana. Esta, a su vez, había vendido una empresa química que le había dado una carta de indemnidad a otra compañía petrolera que había contaminado un río de Estados Unidos que está a diez kilómetros de Nueva York. Eso había determinado un litigio primero contra Maxus, después contra YPF Repsol . Con la quiebra de Maxus que ocurre en el año 2016, no se acepta un plan de remediación y se forma un fideicomiso que demanda a YPF entre otras empresas por hasta 14.000 millones de dólares . 

Un punto de inflexión fue el año pasado donde una primera sentencia de un juez de New Jersey que limita la responsabilidad de YPF y de Repsol, descartando algunas de las pretensiones de los actores, entre ellos la mala fe o la conducta fraudulenta. Ahí se limita la responsabilidad y empieza a través de un mediador un proceso de negociación para poder terminar con este proceso. Creemos que teniendo en cuenta los proyectos que tiene YPF de crecimiento, necesita poder despejar su camino y sacarse de encima este juicio para poder estar más tranquilo a futuro, para seguir adelante con su proyecto de expansión. 

 González: Primero hay que esperar que el Juez homologue este acuerdo; por eso tenemos que ser muy prudentes. Y obviamente que t eniendo en cuenta los socios de YPF en el desarrollo de fundamentalmente el proyecto más importante que tiene que es el de GNL o también de la posibilidad de exportar a través del oleoducto transandino o buscar inversores para, por ejemplo, el oleoducto Vaca Muerta Sur o ir creciendo en el presupuesto de Capex anual (presupuesto de inversión) que también necesita socios, obviamente que cuando el Juez lo homologue, va a ser una gran noticia porque en pocos días hemos podido ir aliviando la situación de las contingencias de YPF de una manera que a YPF le da mucho alivio. (...)