Sean Rooney, presidente de Shell Argentina, señaló que el tiempo y el modo de la recuperación del sector energético luego del impacto del coronavirus es incierto. También se refirió al potencial de Vaca Muerta, la "ventana" que le queda al gas ante la irrupción de las renovables y las proyecciones de cara a lo que viene. "La pandemia impactó fuertemente a la industria de energía, en la caída de precio y la caída de demanda fue inédita.

De cara al futuro, la recuperación es incierta. Los economistas hablan de recuperación con letras: por ejemplo la L, que no es recuperación, o de V, entre otras. Pero nadie sabe. Y la incertidumbre es problemática para la industria de energía", señaló Rooney, quien aseguró: "Por eso para las compañías es importante trabajar en la eficiencia, pero ya más profundamente. Y es importante prepararnos para un mercado de energía más variable. Porque si no tenemos certeza de la demanda, tenemos que priorizar los proyectos que son capaces de ajustarse a la demanda". 

En un contexto incierto, el directivo de Shell ponderó las virtudes de Vaca Muerta y remarcó las condiciones necesarias para recuperar el flujo de inversión en los yacimientos. "Hemos dicho que Vaca Muerta es extraordinario. Pero su desarrollo ha sido muy lento. La razón es la incertidumbre, la falta de confianza que tienen los inversores en su viabilidad de sacar retorno de las inversiones. Esta falta de confianza viene de los cambios en las leyes, decretos y programas. Si bien algunas veces esos cambios eran razonables, cada cambio daña la confianza. Más a las compañías que invierten en largo plazo", sostuvo Rooney. 

El directivo expresó los lineamientos que considera fundamentales para promover el desarrollo: "Para romper ese ciclo, debemos pensar en recomponer un sistema con condiciones de inversión para Vaca Muerta, dando acceso a divisas, precios competitivos, que son los que los inversores internacionales necesitan. Más importante, que sea algo acordado como política de Estado. Acordar con todos los sectores políticos, de los sindicatos y las provincias. Y la mejor manera de hacerlo es ahora, en momentos de crisis. Si se establecen estas condiciones y se deja funcionar a la industria por un par de años, se van a ver exportaciones importantes de petróleo en el corto plazo". 

Rooney también analizó la potencialidad del gas que hay en Vaca Muerta, pensando en la transición energética y cómo está cambiando el mundo. "Shell publicó hace poco unos escenarios nuevos donde se hacen pronósticos de la demanda de energía a raíz de las prioridades de la sociedad en el futuro. Prioridades relacionadas a la salud, la seguridad y la economía. Todos los escenarios muestran que la demanda de petróleo y gas seguirá más o menos estable para los próximos diez o quince años. Con pequeña declinación de petróleo y aumento de gas", sostuvo y remarcó que de cara a futuro, la "ventana para el gas es más larga que para el petróleo". 

"Estimamos que esa ventana es de unos 10 años. El gas en Vaca Muerta es la mayor parte de los recursos. Pero no es gas fácil, la mayor parte de ese gas es gas seco, que no tiene contenido líquido, y está a una distancia considerable de la costa. Para hacer rentable y competitivo el desarrollo de exportación de gas en un mercado internacional con sobre oferta, no va a ser fácil. Los proyectos de gas de GNL duran a veces décadas. 

Pero por la cantidad de gas, la potencia de Argentina, vale la pena poner énfasis y trabajarlo. Seguro que se necesita una ley nueva para dar estabilidad o beneficios para hacerlo competitivo, pero es algo que debemos perseguir", aseguró Rooney, quien concluyó: "La importancia ahora es impulsar la exportación de petróleo, ganar las divisas, financiar los proyectos futuros de gas y hacer todo adentro de la ventana que tenemos. Creo que Argentina puede hoy producir gas en niveles competitivos, según podemos ver en los desarrollos actuales. Pienso que está la posibilidad de desarrollar el gas de Vaca Muerta aprovechando la infraestructura".