
En 茅l convive la ley 17.319, de corte liberal, sancionada en 1969 y regulada por una serie de decretos de 1989, con la ley 26.741 sobre la que se edific贸 la expropiaci贸n del 51% de las acciones de YPF, con su decreto 1277 de 2012, por el que se dicta la caducidad de los decretos de desregulaci贸n de la industria y libre disponibilidad de divisas que dieron sustento a las reformas estructurales del gobierno de Menem.
A este marco se suma el m谩s reciente decreto 929, que es una suerte de h铆brido entre la ley menemista y la kirchnerista, y que le da alg煤n plaf贸n a la firma Chevron para decidir una inversi贸n que resulta ins贸lita, no s贸lo por este contexto ambivalente (por no decir esquizofr茅nico) en la regulaci贸n del sector, sino en un contexto macroecon贸mico.
Este contexto m谩s que impulsar expulsa nueva inversi贸n externa genuina, como lo evidenci贸 el caso de la firma Vale do Rio Doce, enfrentada como tantas a la imposibilidad de girar dividendos o adquirir divisas en un mercado manejado cada vez con mayor discrecionalidad.
Desde una visi贸n aperturista e integrada a los mercados, se puede interpretar que el decreto 929 avanza lentamente en la direcci贸n correcta, y de una manera impl铆cita reconoce errores groseros de pol铆tica energ茅tica, una asignatura que el pa铆s sigue sin aprobar. No s贸lo por la falta de una hoja de ruta con un Norte claro, en lo que a pol铆tica energ茅tica se refiere, sino porque ni siquiera existen estad铆sticas actualizadas y confiables del sector.
En este contexto, 驴por qu茅 invierte Chevron en la Argentina? Podemos arriesgar tres razones. Primero, Chevron opera una de las 谩reas m谩s productivas del pa铆s, Huantraico, casualmente descubierta e incorporada en los 90, con mucho mejor desempe帽o de lo que lo ha hecho la firma americana tras la compra de la empresa nacional Petrolera San Jorge, en 2000.
As铆 las cosas, Chevron cuenta con un flujo de caja anual que no puede traducir a d贸lar ni transferir a su casa matriz, dada la restricci贸n impuesta por el cepo cambiario. Es decir, que no tiene otro remedio que inmovilizar su excedente de explotaci贸n en el pa铆s.
Una segunda raz贸n podr铆a ser el hecho que Chevron enfrenta una demanda internacional de parte del gobierno de Rafael Correa que la Argentina rechaz贸 en la Justicia, lo que sent贸 jurisprudencia en contra de una acci贸n regional que confisque activos estrat茅gicos para la compa帽铆a. Como es sabido, el quid pro quo es una f贸rmula que se maneja con frecuencia en el mundo de los negocios. M谩s a煤n en el petrolero.
Finalmente, se suele afirmar que Chevron es una firma con experiencia en la explotaci贸n de recursos no convencionales, lo cual no es del todo cierto. De hecho esta firma, heredera de una de las firmas fundadas por Rockefeller, la Standard Oil, no lleg贸 a tiempo a la revoluci贸n del shale en su pa铆s de origen. El haber perdido ese tren posiblemente le despert贸 el apetito por posicionarse en segundo lugar como reserva mundial de reservas no convencionales.
La cr铆tica manifiesta en todo el arco pol铆tico, incluidos propios y ajenos, es por la falta de transparencia de este acuerdo privado. Ciertamente, un llamado a licitaci贸n, si bien recomendable, implica que exista m谩s de una voluntad de inversi贸n. Dif铆cilmente exista otra firma en el sector petrolero que re煤na las tres razones que encontr贸 Chevron en esta Argentina pendular.
El hermetismo informativo entonces tiene que ver con el propio clima enrarecido de negocios por cuanto YPF mantiene un litigio con Repsol que puede afectar los futuros beneficios de Chevron.
La no divulgaci贸n de la letra chica puede justificarse en la necesidad de que alguien aparezca con 谩nimo de desembolsar en el pa铆s. No obstante, para que los destellos de racionalidad no se pierdan en la maroma de inconsistencias, el pa铆s y Repsol necesitan volver a la mesa de negociaci贸n, reorientando la pol铆tica energ茅tica y econ贸mica para hacer viable 茅ste y otros acuerdos.
Fuente: La Naci贸n
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