Isidro Baschar y Alejandro Estévez, directores de Nucleoeléctrica Argentina, se refirieron al desarrollo de la energía nuclear en el país y hablaron de los desafíos de gestionar las centrales nucleares nacionales Atucha I y II y Embalse. 

Sobre el aporte que la industria nuclear realiza en la llamada transición energética argentina, Estévez destacó que la energía nuclear “no emite gases de efecto invernadero, es muy estable y tiene un alto factor de carga”, lo que la hace “muy beneficiosa” en el contexto actual porque dan “previsibilidad y estabilidad tanto en lo que es precio como en generación”.

Baschar, por su parte, destacó que "el año pasado, gracias a la generación del 7% de energía eléctrica a través de fuentes nucleares, Argentina evitó la emisión de más de 4,7 millones toneladas de dióxido de carbono”, lo cual, “nos llena de orgullo porque a pesar de las exigencias que demanda sostener la producción día adía, nosotros pudimos hacerlo de manera sostenible”.

El directivo señaló, además, que con la construcción de la central Atucha III, la Argentina podrá “liberar para la exportación, más de 2,6 millones de m3 de gas anuales. Esto es algo que a nosotros nos da una ventana de oportunidad en términos locales para abastecer a nuestros consumidores. Y, al mismo tiempo, trabajar en la balanza externa, que es algo que nos apremia como país”, agregó.

Respecto de Atucha III, Baschar señaló que “trabajan con el ministerio de Economía y la secretaría de Energía para comenzar las obras lo antes posible. El primero de febrero de este año firmamos el contrato comercial con la contraparte china y ahí fijamos las condiciones en las cuales vamos a comprar la central nuclear y fijamos un precio. En términos de impacto, son 7000 puestos

de trabajo en pico de obra de forma directa y otros 1400 en forma indirecta. Y al final de la obra vamos a poder crear 700 puestos de trabajo estables, además de u$s 3300 millones invertidos en la economía local”.