Más allá de las consecuencias que provocó el reciente congelamiento del precio del crudo, es innegable que Vaca Muerta está provocando un cambio rotundo en la provincia de Neuquén. La ola expansiva de esta gran formación no convencional llega a otras latitudes. Concretamente, a la ciudad de Bahía Blanca. Desde el consorcio del puerto de esta ciudad, hace dos años que vienen desarrollando el proyecto Vista Portuaria Bahía Blanca 2040, que apunta a generar la infraestructura adecuada que demande el desarrollo de Vaca Muerta. El gran objetivo es ampliar la capacidad del puerto para que las empresas petroleras cuenten con instalaciones que faciliten el ingreso de insumos para la producción y plantas que permitan la exportación de lo que produzca Vaca Muerta. Juan Francisco Linares, gerente de Desarrollo de Negocios del consorcio, asegura que el desafío es que el puerto aporte competitividad al sector y que a su vez sea un motor de desarrollo para la región
¿La puesta en marcha del proyecto Vista Portuaria 2040 está pensada para anticiparse a lo que pueda ser el desarrollo pleno de Vaca Muerta?
—Sí, claramente. Estamos enfocados en dos acciones. Por un lado, lo que representa el puerto como ingreso de insumos para Vaca Muerta y, por otro, lo que es egreso y monetización de la producción de sus yacimientos. Tenemos dos estrategias bien diferenciadas. Con respecto a los insumos, estamos trabajando para dotar el puerto de un nuevo muelle multipropósito. Actualmente contamos con dos y ya tenemos avanzados los pliegos para empezar a encarar la edicación de este tercer muelle el año que viene. Eso es por el lado de darle infraestructura al insumo que tiene que ingresar por el puerto de Bahía Blanca hacia Vaca Muerta. También pensamos en el aporte a la conectividad que el puerto puede hacer y que está estrechamente relacionado con la competitividad del transporte. Por eso fue que participamos en la licitación por transporte de carga que se lanzó para el Tren Norpatagónico, ofreciendo 500.000 toneladas. Lo hicimos pensando en poder venderles el peaje a aquellas petroleras que no ofertaron y también a otros productos y cargas que hay a lo largo de la línea del Norpatagónico. Nuestra intención es que Vaca Muerta genere infraestructura de logística pero que también potencie la región.
¿Este objetivo de desarrollar la región tiene que ver con el lugar estratégico que ocupa Bahía Blanca, no solo con su puerto sino también con respecto a la red energética de la Argentina?
—Exactamente. Bahía Blanca es un puerto de aguas profundas pero que, a diferencia de lo que sucede con otros de este tipo, es un puerto de aguas profundas abrigadas. Esto quiere decir que nosotros no damos al mar directamente sino que estamos dentro de una ría, con lo cual no tenemos días de mal tiempo. No hay olas en nuestro canal de navegación. Eso es muy importante en la actividad portuaria, porque garantiza estabilidad en las operaciones durante todo el año. Es decir que, entre las ventajas que ofrece el puerto de Bahía Blanca, están la profundidad y el buen tiempo. A eso hay que sumar la accesibilidad vial y ferroviaria que puede estar potenciada por el Tren Norpatagónico. Y por el otro lado está la cuestión energética. Por el puerto de Bahía Blanca pasan la red de gasoductos Neuba 1, Neuba 2 y el Gasoducto General San Martín. También está el poliducto de Mega y el oleoducto del Valle. Tenemos, a su vez, las termoeléctricas Guillermo Brown y Central Luis Piedrabuena, que garantizan energía eléctrica de alta y media tensión en cualquier desarrollo de industria. Hay muchos elementos que posicionan el puerto.
¿Y cuáles son las iniciativas que viene llevando adelante el puerto para impulsar y acompañar este desarrollo?
—El primer paso fue la incorporación de tierras. Muchas veces sucede que los puertos quedan imposibilitados de expandirse porque están insertos en grandes ciudades. No es lo que sucede con el de Bahía Blanca, que se encuentra apartado de la ciudad. Es por eso que a lo largo del año pasado incorporamos unas 2.500 hectáreas adicionales, pensando en el desarrollo portuario de los próximos años. El puerto es un ente público; con lo cual, lo que hacemos nosotros es comprar nuevas tierras e incorporarlas al dominio provincial. A lo largo de todo este año estuvimos haciendo estudios de base, de sedimentología, de vientos, de mareas, de corrientes. También lo que tiene que ver con los permisos ambientales y las autorizaciones de dominio. Todo esto, para que el año que viene podamos largar la licitación de relleno de tierras y así tener el suelo disponible para las inversiones. Nosotros debemos anticiparnos al requerimiento de la industria porque tenemos un proceso más largo. Necesitamos por lo menos dos años para acondicionar un lugar. Tuvimos un año de estudios, que fue 2019. Un año de ejecución, que será 2020, y para mitad de 2021 esperamos empezar a tener muevas tierras disponibles para monetizar la producción de Vaca Muerta. No obstante, ahora tenemos espacios disponibles. Pero estamos pensando en algo grande. (...)
Fuente: Econojournal
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