
Yacimientos agotados en Estados Unidos, obstáculos polÃticos en paÃses tales como Venezuela y México, desafÃos económicos y ambientales en Canadá y la simple falta de recursos en paÃses como Brasil y Argentina parecieron conspirar para condenar al hemisferio occidental a una caÃda irreversible en la producción de petróleo. A mediados de la década pasada, casi 150 años después de que el pozo perforado exitosamente por el Coronel Edwin Drake provocara el primer auge petrolero del mundo en Titusville, Pensilvania, parecÃa que el fin de la Era del Petróleo se acercaba en América. No inmediatamente, quizás, pero el sol empezaba a ponerse en el horizonte. Hoy en dÃa ese panorama ha cambiado: el sector de la energÃa en el continente americano parece estar entrando a una era de abundancia.
Están surgiendo nuevos recursos desde Alaska a la Patagonia y la producción de petróleo y gas comenzó a crecer nuevamente en EE.UU. y varios otros paÃses. Las ventajas tecnológicas hicieron posible acceder a recursos atrapados en formaciones rocosas tales como esquisto, primero en EE.UU. pero cada vez más en otros paÃses también. Pensilvania, donde las reservas petroleras explotadas por el Coronel Drake y sus sucesores se agotaron hace tiempo, ahora es el corazón de uno de los yacimientos de gas más grandes del planeta, el Marcellus Shale. El progreso tecnológico también transformó el panorama del petróleo offshore. En Brasil se dieron importantes hallazgos en aguas profundas, mar adentro de la costa sudeste del paÃs. Esto fue posible gracias al avance de los sistemas informáticos, que permitió a las compañÃas procesar e interpretar los datos sÃsmicos antes incomprensibles recogidos de las capas inferiores de sal bajo el lecho marino.
Las innovaciones en las técnicas de producción también hicieron posible abordar algunos de los problemas relacionados con la producción a partir de las arenas petrolÃferas de Canadá. Mientras tanto, muchos de los paÃses donde los controles estatales y otros problemas polÃticos estaban estrangulando lentamente la industria del petróleo y del gas han comenzado a cambiar. México y Venezuela, dos de los mayores productores de petróleo de la región, frenaron la caÃda de la producción y están planificando el crecimiento de la misma. Los cambios que tuvieron lugar en paÃses como Colombia los convirtieron en lugares más atractivos para las inversiones en petróleo y gas. En algunos paÃses, los nuevos hallazgos de petróleo y gas están contribuyendo a impulsar el cambio polÃtico, al mostrarles a los gobiernos las ventajas potenciales que se pueden obtener si se atrae la inversión necesaria para desarrollar esos recursos.
Argentina descubrió enormes yacimientos de petróleo y shale gas, lo que despertó el interés del sector internacional en un paÃs considerado durante mucho tiempo poco atractivo desde el punto de vista comercial a causa de la excesiva regulación de los precios del combustible. En agosto, Pemex, la compañÃa energética estatal mexicana, reveló su primer descubrimiento petrolÃfero en aguas profundas en el Golfo de México, después de perforar sin éxito 19 pozos de exploración. Hasta Cuba ha participado al permitirle a la española Repsol y a otras compañÃas extranjeras perforar pozos de exploración frente a sus costas, aunque hasta el momento sin éxito. Si bien el resurgimiento del petróleo y del gas está en marcha, el sector de la energÃa renovable también creció mucho en los últimos años. En 2011, EE.UU. era el principal inversor mundial en energÃas renovables, mientras que regiones tales como el estado de California y la provincia canadiense de Ontario han sido algunos de los lugares más ambiciosos del mundo en términos de sus compromisos con el crecimiento.
A medida que el interés en las energÃas renovables se expande desde los el mundo desarrollado, paÃses tales como Brasil y Chile han comenzado a fortalecer sus sectores de energÃa eólica y solar. Las únicas fuentes de energÃa que no están prosperando en el continente americano son la energÃa nuclear y el carbón. La energÃa nuclear se vio afectada por los elevados costos, un problema agravado por la competencia en términos económicos que plantea la producción de electricidad a partir del gas, sumados a las inquietudes en materia de seguridad que surgieron después del desastre de Fukushima en 2011. Hay cinco reactores en construcción en EE.UU., uno en Brasil y uno en Argentina. Recientemente, Canadá también avanzó con respecto a la obtención de nuevos permisos para la construcción de reactores en Ontario, pero el panorama general en el continente está plagado de demoras, retrasos en la ejecución de los proyectos y postergación de las decisiones de inversión.
El carbón también resultó afectado por el gas natural más económico y en EE.UU., por una ola de nuevas normas ambientales. El desarrollo económico condujo a un rápido incremento en el consumo de carbón en paÃses tales como Chile, Colombia México. En los dos últimos también se ha observado un crecimiento de la producción. Colombia, por ejemplo, la duplicó en la última década. Sin embargo, el consumo total de carbón en América Latina es todavÃa menor que la disminución en el consumo de EE.UU. que tuvo lugar entre 2008 y 2011. El auge del petróleo y del gas en el continente americano todavÃa enfrenta importantes obstáculos. Los gobiernos suelen tener una actitud ambivalente hacia la industria: se muestran agradecidos por los puestos de trabajo y los ingresos que genera, pero escépticos sobre el poder de las compañÃas.
Fuente: El Cronista
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